QUIEN ERES?? (Los Juegos Del Hambre)

QUIEN ERES?? CAPÍTULO 27

Me mantuve con los ojos cerrados sintiendo sus caricias en mi cabello, sentía su mirada en mi rostro, y abrí lentamente mis ojos para confirmarlo – no es justo – él sonrió agraciado

- ¿Qué no es justo? - ¿Por qué no puedes estar siempre conmigo?¿por qué Peeta se comporta así? – él bajo su mirada para tomarme de la mano – es cierto no es justo, pero se podría hacer justo si así lo quieres – esta vez abrí mis ojos para tratar de entender las palabras de Josh

- ¿Cómo así? – nuevamente sonrió – existe una manera para que yo siempre este contigo, pero sé que no te agradará... - mantuve una expresión de incomprensión, así que prosiguió – ...yo puedo quedarme más tiempo, si las ganas de Peeta disminuyen, tanto él como yo "peleamos" por mantenernos acá, quien "despierta" tiene mayor posición del cuerpo, así que es quien se quedará.

– entonces ¿si tú te quedas, que pasa con Peeta? – Josh inhaló y exhalo, como si lo que tuviera que decir fuera tan grande a como lo pensaba – es la parte que no te gusta... si yo me apropio del cuerpo. Peeta desaparece, al mismo tiempo si él llega hacerlo – me quedé en silencio aquello sonaba como una especie de asesinato, una constante lucha en la que solo alguna de las personalidades primaba, Josh tenía razón al decirme que no me gustaría del todo la idea.

Me gustaría que él estuviera conmigo, no odiaría y amaría al mismo cuerpo, pero no me gustaba la idea de hacer desaparecer a alguno de los dos, eso era como un homicidio.

- ¿Y no hay alguna manera para que no suceda? – él sonrió, aquello sonaba algo estúpido, pues era a estar como estamos, o a que desapareciera alguno; ninguna de las opciones me gustaba.

Josh tomo mi mejilla – tranquila, que a pesar de que nos odiemos, nos necesitamos, y lo sabemos, o sino hace mucho tiempo alguno hubiera desaparecido - ¿Qué quieres decir? – él miró a la ventana para comenzar su relato, sus ojos brillaban; en ellos se reflejaba el atardecer que se colaba por las ventanas hasta llegar a la puerta, en donde nos encontrábamos.

– Después de que aparecí; Peeta recibía tratamientos, para que él desapareciera, al igual que cuando salió él tuvo tratamientos para que yo lo hiciera, pero al parecer ninguno tiene la fuerza moral para hacer que alguno de los dos deje de existir, una persona puede curarse con el tiempo; se dice que sanando la herida la personalidad desaparece... - bajo su mirada para encontrarme - ... tengo más posibilidades de desaparecer, a que él lo haga ... - sonrió un poco tratando de animarme a sus palabras - ... quiero poder vengar a quienes nos han hecho daño, sé que Peeta no lo hará y con el tiempo descubrirá por qué estoy acá... - levantó sus ojos para mirarme fijamente a los míos -... quizás sus heridas sanen... - me observó, evitando continuar a lo que me llevaba.

Lo miré dolida ante sus palabras, era como si me hablará de su muerte; el hecho de no poder verlo era demasiado que asimilar.

Sonrió al ver mi expresión algo pesada - ... Peeta tiene más posibilidades que yo, tiene una vida que vivir, tiene personas que lo aman, aunque me duela aceptarlo, el que tu tío lo haya acogido como un Everdeen ha sido la fuerza que lo mantiene alejado de mi "alcance"... no tengo a nadie, soy la oveja negra de él, la parte de la cual todos temen, la parte que fue diseñada para asesinar... - me observó aun con su sonrisa tímida (poco normal en él) -... sé que cuando desaparezca a nadie le importará, pero si Peeta lo hace le haré daño a todas las personas buenas que lo quieren ayudar y lo han ayudado ...- mantuve mi mirada en la de él, sus ojos estaban tristes, aun así reflejaba una sonrisa con sus labios, buscando calmarme, de eso estaba segura.