Capítulo 2

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Ignazio caminaba entre los escombros, y cuando finalmente llegó a la viga su corazón latía más rápido, la punta de sus pies eran casi demasiado grandes para mantener el equilibrio mientras se aferraba en las estructuras que aún estaban enteras en la pared.

A medida que pasaba despacio, no podía prestar atención a la chica, que estaba luchando una batalla contra su propio apartamento para mantenerse con vida. Vía el bombero que venía, pero la tos comenzaba a persistir, momentos antes ella había puesto una camisa en frente de su cara para tratar de mitigar los efectos del humo, pero la perdió cuando salió tropezando para escapar del enorme agujero que se abrió en el suelo donde antes era su sala de estar.

Algunas vigas comenzaron a desprenderse del techo, y tratando de desviar rápidamente, dio un paso hacia atrás y se golpeó en su estante que estaba llena de libros, el móvil sacudió, y cuando se inclinó hacia delante, el peso de los libros la tiró... Por desgracia la chica aún estaba en frente y el armario se cayó encima de ella, derribándola al instante.

Ella se golpeó la cabeza contra el suelo, pero no se desmayó. La mitad derecha de su cuerpo a partir de los hombros estaba inmovilizada por el móvil, sin embargo, podía mover los brazos, trató de arrastrarse y sacar del resto del cuerpo, pero no pudo. Incluso en el piso el oxígeno ya era poco y debido a la estantería su cavidad torácica no era capaz de expandirse para ella respirar. Su visión se quedó borrosa, ya sentía el calor del fuego peligrosamente cerca de la piel de la columna, pero era inútil, no tenía fuerzas o aliento, ¿entonces sería así? Moriría por obra del peso de un móvil y libros que tanto amaba...

Sus ojos se cerraron casi por completo, estaba casi desmayándose cuando sintió que el peso fue retirado de su cuerpo... ¡Por supuesto! El bombero... se había olvidado de él. Ella le oyó casi rugir por la fuerza que hizo para sacar el estante de encima de ella y ser capaz de echarlo a un lado. Él se inclinó, tomó el brazo de la chica y lo puso alrededor de sus hombros y se volvió. Él la miró y le tocó la cara... ¡Gracias al buen Dios estaba viva! Y tenía esa horrible punzada en el pecho, porque ella estaba herida y necesitaba que caminase. ¿Cómo podía hacer esto? Ni siquiera podía ponerse de pie, estaba herida y el humo estaba en sus pulmones, no podría exigir ningún esfuerzo de ella.

Ignazio aun sosteniéndola miró a su alrededor. Tenía que haber una solución, ella tosió y le llamó la atención, entonces ella lo miró.

- Nos vamos a morir, ¿verdad? - Ella preguntó susurrando.
- ¿Cómo te llamas?
- Melissa - Ella respondió débilmente.
- Necesito que me escuches, Melissa. No vamos a morir aquí. Tienes que confiar en mí, no te dejaré morir.
- No voy a aguantar.
- ¡Sí que lo harás! Te queda tanto por vivir.

Ignazio la recogió rápidamente. Además de la ropa pesada ahora tendría que cargarla también, pero lo importante era salir de allí lo más rápido posible. Él miró hacia los lados y vio el pasillo, siguió por allí, entonces en la última puerta era el dormitorio. Con suerte la entrada del closet estaba abierta y pudo ver una pequeña manta doblada en el suelo que seguía intacta, lo recogió y lo lanzó sobre Melissa. No podía correr el riesgo de que algún destrozo de los restos en llamas la alcanzara mientras salían.

Para más suerte que parecía en ese momento, en el otrolado del pasillo, la pared que era la frontera entre su baño y el apartamento desu vecino también se había derrumbado, dejando una abertura lo suficientementegrande como para que pasasen. Ignazio siguió cargándola en sus brazos y cuandollegó allí le tomó la manta de la cara, esperaba que ella estuviera consciente,porque no había manera de los dos pasar al mismo tiempo...

Te Queda Tanto Por Vivir (Et Queda Tant Per Viure)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora