Melissa reaccionó rápidamente. Del mismo modo que salvó su vida anteriormente, tendría que al menos hacer su mejor y retribuir... O eso era lo que sentía en ese momento. Pero era tan difícil...
Ella pasó días seguidos soñando con fuego, sino también con el hombre que, además de salvarla la vida había tenido la preocupación de saber cómo se encontraba e incluso le envió flores. Ella sabía que tenía que controlar sus emociones para realizar su trabajo, actuar con tal determinación de la misma manera como él lo había hecho.
Así como Ignazio, Melissa nunca dejaría morir a alguien sin agotar todas las posibilidades. Médica dedicada como era, intentaría siempre hasta el último recurso si fuera necesario para salvar la vida de un paciente, mucho más a él.
Mientras le examinaba, se dio cuenta de que él no había perdido completamente la conciencia, pero no era capaz de responder a cualquier pregunta. Algunas costillas estaban rotas, pero no había señales de quemaduras debido a su ropa resistente.
Ignazio escuchaba como su médica hablaba algo acerca de la intubación ser necesaria o no, morfina y otros medicamentos. Oyó algunas cosas con más claridad, otras no podía entender, no vía Melissa nítidamente, pero oyó claramente cuando ella acercó la cara a él mientras le examinaba y dijo:
- Te queda tanto por vivir... – Él volvió la cara hacia ella. Se recordaba de esa frase a pesar de que su salud no era la mejor en ese momento.
Después de esta frase, sus ojos empezaron a cerrarse y se quedó dormido...*****
Más tarde, por la noche, Melissa entró en la habitación donde estaba Ignazio. Él dormía, pero al menos ahora estaba estable y limpio. Ella sonrió mientras cerraba la puerta, no sabía cómo había sido capaz de reconocerlo incluso con la toda la cara sucia. También estaba sucio cuando le había rescatado, pero no tanto.
Se acercó a la cama, comprobó los dispositivos, lo miró y tragó saliva. Estaba tan feliz... Había logrado ayudarlo también. Ni siquiera en sus pensamientos más locos había imaginado que sería así como se encontraría de nuevo con él, cuanta ironía del destino uno salvar al otro. Y ella le consideraba Ignazio un verdadero héroe... Ignazio. Ahora sabía su nombre. Había pasado tanto tiempo tratando de adivinar cuál sería su nombre, incluso había pensado de ir a darle las gracias en lo cuartel de bomberos, pero al final decidió no ir. Por más extraño que fuera, había dejado de ir sin razón.
Ella volvió a sonreír mientras miraba a él y le puso la mano en la suya y le acarició. Tomó una respiración profunda mientras miraba a la sábana blanca con la mirada perdida, y entonces oyó un pequeño gemido, lo miró e Ignazio abrió los ojos.
- Ignazio... - dijo ella acercándose a la cabecera de la cama y él con los ojos no muy abiertos, miró hacia ella y sonrió. Estaba confundida... ¿Él estaba sonriendo?
- Melissa - Murmuró. - Aquel día supe que eras especial. - Ella sintió sus ojos llenándose de lágrimas y él hizo una pausa, tragando la saliva - Me salvaste la vida. - Volvió a sonreír y la miró - Eres mi ángel. - Murmuró.
- Y tú el mío...
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Te Queda Tanto Por Vivir (Et Queda Tant Per Viure)
Short StoryIgnazio es un bombero en esta historia, donde salva a una mujer en el último momento, arriesgando todo para dejar un edificio en llamas. Después de esa noche, un evento hace que se reúnan nuevamente, ahora en nuevas circunstancias. Cuento inspirado...