Capítulo 4

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Pasaron varios minutos antes de que los bomberos fueran capaces controlar completamente el fuego. E Ignazio aún estaba allí, de hecho, su cuerpo estaba allí porque su mente se había ido junto con Melissa en la ambulancia.

Él sabía que no debía involucrarse emocionalmente, pero era casi imposible... Sabiendo que la había tomado de allí a pocos minutos antes del edificio quedarse completamente destruido. Y estaba preocupado, quería saber qué había sido de ella. ¿Había llegado a salvo al hospital? ¿Las heridas eran graves o superficiales? Estaría viva... ¿O no? Todas las preguntas estaban consumiendo su alma. Pocas veces había se sentido tan inquieto porque alguien que había salvado de un incendio.

Poco después de que los bomberos pudieron ir a los cuarteles, él tomó una ducha y puso ropa limpia. Se dirigía hacia su casa, pero cuando vio un retorno en la calle, cambió de dirección. Tenía que ir a ese hospital o no podría dormir. Cuando llegó al hospital, Ignazio sostenía un ramo de flores en la mano, se fue a la recepción, el lugar era un poco concurrido, entonces esperó unos segundos y luego apareció una mujer.

- ¿En qué puedo ayudar?
- Me gustaría saber acerca de una paciente.
- ¿Cuál es el nombre?
- Melissa.
- ¿Y el apellido? - La enfermera le preguntó en serio.
- Yo... Yo no lo sé. - Ella levantó una ceja.
- ¿Usted no es la familia del paciente?
- No, señora. - Ella lo miró como si fuera a preguntar qué estaba haciendo allí si ni siquiera la conocía - Ella estaba en un incendio, yo soy el bombero que la sacó del edificio.
- Ah, sí...
- Sólo quería saber si ella estará bien. - La enfermera frunció el ceño.
- Sí, estará bien. – Él abrió una sonrisa - He oído que fue un incendio horrible, estoy contenta de que pudiste salvarla en tiempo. Tuvo un par de costillas rotas, pero va a superar. - Él asintió con la cabeza.
- Gracias - Le mostró una sonrisa y ella hizo lo mismo. Se levantó el ramo de flores. – ¿Podría poner en su habitación?
- Claro que sí. - La enfermera era una mujer seria, pero ahora había demostrado ser muy amable. De hecho, la mayoría de las personas que Ignazio conocía era más amable después de que él decía que era un bombero, no fue el inverso con ella.
- Buenas noches. - Se despidió y ella asintió.

Ignazio se sintió un poco mejor, su esfuerzo no fue en vano. Era una vida más que se salvó gracias a él, de lo contrario Melissa estaría entre las cenizas y escombros, algo que era una cosa horrible de pensar.

Después de llegar a su casa, se arrojó sobre la cama y se durmió sin muchos problemas, pero su sueño no fue pacífico. Vivió y revivió ese terrible fuego y vio una y otra vez Melissa en sus brazos aferrada sólo a un hilo de vida, cuando la miró a los ojos, su voz preguntando si iban a morir resonaba en su cabeza repetidamente.

Por la mañana se despertó rápidamente y se sentó en la cama. Su cabello estaba mojado por el sudor, así como su columna. Estaba dolorido y cansado, luego suspiró y se secó la frente con la palma de la mano. Era mejor tomar un baño y café, era un nuevo día y tenía que trabajar...

Te Queda Tanto Por Vivir (Et Queda Tant Per Viure)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora