Capítulo 5: Miserables.

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  Estoy paralizado. De un momento a otro siento como todo mi mundo gira, me mareo y el terror que siento se apodera de cada parte de mi cuerpo. Lo que veo parece una imagen sacada de contexto, demasiado surrealista para ser verdad. El tipo de cabello naranja ha desaparecido, también aquel que cargaba el cuerpo. Sólo están los otros dos y Fuego.

-Kyuhyun... Kyuhyun... Kyuhyun... - repito mientras el resto de mi cuerpo tiembla. Los tipos levantan sus varas electrificadas, la gente grita, y luego pican al soldado en alguna parte de su cuerpo donde el kevlar no puede protegerlo. El soldado se contorsiona por la corriente eléctrica y comienzo a ver humo saliendo por debajo de su traje. Entonces reacciono.
Me abalanzo sobre la mesa con tal fuerza que ésta se balancea y la mano de Hyukjae se ve obligada a soltarme -¡KYUHYUN!- Grito totalmente dispuesto a liberarlo. Me olvido de todo, de los tipos con las varas, de las vallas electrificadas, de las armas que todos en mi mesa están cargando. Sólo me importa Kyuhyun; sin embargo, cuatro manos me detienen, me tiran hacia atrás y yo me retuerzo intentando zafarme del agarre de Hyukjae y el de Henry. Luego lo veo sacar una jeringa de alguna parte y me la clava en el cuello.
Mi cuerpo comienza a convulsionar y yo no dejo de repetir el nombre de Kyuhyun, pero en cada segundo que pasa tengo menos control sobre mi cuerpo y sus movimientos. Mis brazos ya no responden y las convulsiones que sufro son totalmente involuntarias. Caigo sin poder hacer que ninguna parte de mi cuerpo me responda y siento como alguien me toma en sus brazos, luego todo a mi alrededor se va apagando; primero es el sonido, después las luces se apagan una a una desde el exterior de mi periferia visual hasta el centro, hasta que sólo veo el escenario con el soldado, ahora, sin su casco. No es Kyuhyun, no es él. Y lo siguiente que miro es el rostro de quien me carga. Lo último que logro ver consiente es el rostro de Yesung.

Mis sentidos vuelven en el mismo orden en el que se fueron. Primero el sonido; escucho la voz ahogada en ecos de Hyukjae y Henry discutiendo, pero me siento tan perdido que sólo logro entender que Henry me ha inyectado demasiado, pero no sé de qué habla, luego recuerdo la inyección que me dejó en éste estado. Segundos después mi visión oscura se convierte en un estallido de luces que se prenden y se apagan hasta que éstas se vuelven bultos blancos que se mueven. Uno de ellos está delante de mí y el otro desaparece en la distancia.Pasa un minuto hasta que puedo ver todo con claridad.
Estoy sentado sobre el piso frío de lo que creo que es un baño enorme. La pared helada me sostiene, porque el resto de mi cuerpo parece gelatina. Hyukjae está delante de mí, veo sus ojos viajar por toda mi cara mientras sus manos me sostienen el rostro y me da pequeñas palmaditas para que reaccione. Esta imagen me es familiar, yo inconsciente, despertando y viendo a Hyukjae delante de mí. El galpón, claro.
Cuando estoy del todo despierto la imagen de Kyuhyun viene a mi cabeza, luego es reemplazada por la cara desconocida del soldado bajo el traje. No era Kyuhyun, no era él. Sin embargo no me dejo llevar por el alivio que aquello me provoca, pues en segundos mi cabeza comienza a hilar cabos sueltos hasta crear dentro de mi mente una red de ideas que se unen y completan entre sí. La mercancía eran los soldados, ellos los venden a éste sitio a cambio de armas y suministros. El show es simplemente el espectáculo atroz de ver a Fuego ser torturados hasta la muerte. Mis captores son monstruos. Ya no quiero ser uno de ellos, prefiero vagar solo por la tierra hostil y respirando el veneno del aire, a volver a estar con ellos. De hecho, deseo poder apartar a Hyukjae de delante de mí y zafarme del agarre de sus manos, pero me siento tan débil que sólo puedo levantar mis manos y dejarlas sobre sus muñecas.

-Respira profundo - me dice él. En este momento siento que la máscara de oxigeno me está ahogando -Lo siento, Donghae. Lo siento - sus ojos me miran misericordiosos mientras sus labios repiten una disculpa que para mí no tienen el menor sentido - Lamento que hayas tenido que ver algo así, lo lamento - conforme pasan los segundos, yo voy recuperando mi fuerza y mi capacidad de movilidad. Mis puños se cierran alrededor de sus muñecas y logro quitar sus manos de mi rostro.

El sacrificio de la mariposa: Metamorfosis.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora