Capítulo seis: Un digno adversario

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Narra Samuel.

Llevo varios meses detrás de él y esta es la hora que no tengo ni una pista acerca de su posible paradero. 

Los papeles de la investigación se encuentran completamente regados sobre el escritorio y una gota de sudor, me indica que me estoy quedando sin una gota de paciencia. Debo admitir que era increíble como se encargaba de borrar cualquier huella en la escena del crimen. No era posible encontrar rastros, restos o cualquier cosa que pudiera ayudarme a localizarlo.

Su modus operandi era impecable. 

Lo único que sabíamos era que disfrutaba decorar la escena del crimen con ayuda de la sangre de sus víctimas y que parecía creerse una especie de "justiciero".

Cada uno de los cuerpos pertenecía a un criminal que había logrado escaparse de nuestras manos: Pedófilos, asesinos, sicarios, delincuentes informáticos, narcotraficántes, violadores y demás.

Cada vez que recibíamos una llamada, acudíamos al lugar y encontrábamos un montón de pruebas que condenaban a las supuestas víctimas; sin embargo, no existía nada que nos llevara a nuestro querido informante, el cual parecía haber salido de una serie de televisión. 

-Genial, otro chico desaparecido- susurró Frank a mi lado consiguiendo que levantara la cabeza fingiendo interés- Cómo sí ya no tuviéramos suficiente trabajo ya.

-¿Qué tienes ahí?- pregunté interesado arrebatándole los papeles de sus manos y ocultando la sorpresa, al ver la foto de mi adorado huésped en primera plana- "Estudiante modelo desaparece sin dejar ningún tipo de rastro"- leo soltando un suspiro de aparente tristeza y leyendo rápidamente el encabezado- No te preocupes compañero, yo me encargo de este caso. 

-Claro que no Vegetta- negó llamándome por el apodo que usábamos durante las misiones importantes- Tú tienes cosas más importantes en las que ocuparte.

-No pasa nada Frank, en serio que necesito algo fácil con lo que distraerme un poco- aclaro- En verdad que el caso del justiciero me está volviendo loco.

-Como quieras macho, mejor para mi- respondió despreocupado- Así me quitas algo de trabajo. 

-Cuéntame lo que has averiguado y así no estoy tan perdido con esto- pedí tomando la noticia para colocarla en uno de mis archivos y agarrando papel y lápiz, para anotar una información que yo mismo sabía de ante mano.

-Su nombre es Guillermo Díaz- empieza volviendo su tono mucho más serio y profesional- Hace una semana realizó una denuncia en la cual comentaba que estaba siendo acosado por medio de cartas anónimas, ese mismo día su hermana sufrió un atraco y horas después, él desapareció de la ciudad. 

-Todo parece estar conectado ¿No?

-Es lo más seguro tío- admite levantándose del asiento- ¿En serio no te importa tener que trabajar en ello? Yo creía que estabas agotado. 

-Que no es nada Frank, te digo que en serio sí que necesito otra cosa en la que pensar estos días.

-¿Te apetece ir al bar esta noche?- preguntó dando por terminada la anterior conversación- He escuchado que hay un montón de chicas nuevas que te pueden interesar. Ya sabes, pasar un buen rato para olvidar el trabajo. 

-En este momento sólo me apetece ir a casa, darme una ducha rápida y tocar la almohada para quedarme completamente dormido. 

-¿En serio?- preguntó incrédulo- Buah chaval no seas aburrido, por eso es que sigues soltero.

-Estoy casado con mi trabajo tío- terminé divertido imitando su acción y agarrando unos papeles, para dirigirme hacia mi casa- Espero la pases genial.

-Igualmente, que disfrutes la almohada. 

-Oh créeme, lo haré- sonreí con deleite al imaginarme la hermosa compañía que tendría en casa.

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Me acerqué suavemente hasta su posición y decidí abrazarlo por la espalda con suavidad, darle un beso en la mejilla y al final reí divertido, cuando noté la forma en la que se estremeció y lo poco que tardo para alejarse de mi lado.

-¿En serio sigues enojado Willy?- pregunto cansado fingiendo tristeza y notando como su mirada se enfocaba en el suelo- Joder macho, no seas inmaduro. 

-¿En serio me estás llamando inmaduro?- preguntó soltando una risa vacía- Joder, cada día me cuesta más descifrarte.

-No pasa nada compañero, tendrás un montón de tiempo para ello- contesto despreocupado- ¿Quieres escuchar algo bueno? Esta tarde me asignaron un caso bastante interesante en el trabajo- sus ojos se enfocaron en los míos con interés y una mueca de preocupación se formó en su bonita cara- Al parecer un estudiante desapareció hace unos cinco días y todo el mundo lo está buscando de forma desesperada- su expresión se tornó de sorpresa y negó asustado- Pobre, seguramente será bastante difícil resolver su situación. 

-No me lo puedo creer- susurró deprimido- ¿En serio te vas a salir con la tuya siempre?

-Claro Willy, soy invencible después de todo- aclaro divertido levantándome del suelo y acercándole un plato que había dejado sobre una de las mesas ubicadas en el sótano- Come algo que ya debes tener hambre.

-¡No quiero nada!- gritó cansado y volviendo a ignorar mi presencia. 

-Vamos a ver cuánto te dura el orgullo macho- terminé despreocupado dirigiéndome al piso de arriba, al escuchar el timbre de la puerta.

Me acerqué con precaución hasta la entrada y dirigí mi mirada hacia el suelo, al notar un sobre que parecían haber colado por el espacio de correo. 

Abrí lentamente el contenido y me tocó apoyarme sobre la pared, al visualizar una pequeña foto, en la que yo me encontraba con cierto chico en una calle completamente vacía.

"¿No es bonito ver cómo la justicia es la primera en caer? El Justiciero".  

  Vaya por Dios...

Ahora sí que las cosas se ponían más interesantes.

Psicópata (Wigetta AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora