Capitulo 3 "El Comienzo de un nuevo día"

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Hoy me levante temprano y decidí salir a trotar, no sé como pero mis pies me trajeron hasta la playa, me acerco a la orilla y hundo mi mano en el agua, mientras mi mirada se pierde.

Aquí te vi por última vez y aquí pase una y mil cosas- Dejo salir de mis labios con un tono bajo.

Me siento en la arena y cierro mis ojos, siento la brisa del mar pasar por mi cabello, el sol hoy está brillando como hace mucho no lo hacía, subo el volumen de mi música y me concentro en mis otros sentidos, el tacto de la arena en mis manos, el olor que este lugar desprende, la luz que entra por mis parpados.

Mi corazón comienza a latir cada vez más fuerte cuando una y otra imagen vuelve a mi mente, esta vez tengo 16 años y estoy en la escuela, estoy saliendo con Aníbal el chico más popular hasta ese entonces.

Estamos en el centro disfrutando de un día maravilloso con los demás compañeros, lo veo alejarse de mí, mientras me dice que vuelve enseguida.

¡Isidora!- Mi vista se corre con gran velocidad hacia Sara una de mis amigas.

¿Qué pasa?- Su cara es tenebrosa.

Aníbal....- toma aíre y se queda en silencio.

¿Aníbal, qué?- Me paro para estar a casi su altura.

Ve atrás de los quiscos y velo por ti misma- agacha su cabeza cuando mira en dirección de los quioscos.

Camino con dificultad por la arena, la verdad es que no sé porque mi corazón se acelera y mis manos sudan. Cuando llegó atrás de los quioscos puedo escuchar su dulce voz y al acercarme puedo distinguir su asquerosa conversación.

Tranquila, solo tendré que aguantar un poco más por esa estúpida apuesta-

Lo se cuchurrumi, pero la idea de que ella te bese y tú la tengas que tocar me repugna-

Tranquila cariño que no pienso tocarla, te imaginas yo con esa pequeña torpe-

Mi corazón se aprieta al escuchar esa conversación y salgo corriendo de ahí, corro, corro y sigo corriendo hasta ya no poder respirar más.

Cuando me doy cuenta estoy frente al mar sin poder parar de llorar y mi corazón en cualquier momento se saldrá de mi pecho. Me dejo caer en la arena y trato de tranquilizarme a mí misma.

Vuelvo al presente de sopetón cuando la música se para, veo la pantalla y es mi hermana, lo que me parece un poco raro debido a que es temprano y ella debería estar durmiendo.

¿Alo?-

¿Dónde estás?-

Estoy en la playa, ¿Por qué?, ¿Qué haces despierta a esta hora?-

Ven de inmediato a la casa, apúrale- Siento el tono de colgado en mi oído.

¿Y a esta que le paso?- Vuelvo a tomar un poco de aíre y comienzo mi regreso a casa.

Cuando doblo por la esquina que lleva hasta mi casa veo un camión gigante frente a mi casa o mejor dicho la casa de Damián, bajo la velocidad y comienzo a caminar, con cada pisada mi corazón comienza acelerarse aún más tanto que lo puedo sentir por mi garganta.

Cuando estoy llegando a mi casa veo a una mujer de espalda dando instrucciones sobre unos muebles, y al darse vuelta- ¡Dios mío! Es la señora Kate- me tapo la boca y mis ojos se abren al mismo tiempo, veo que se da vuelta y yo corro hacia la puerta principal y entro.

Cierro de un portazo y me apoyo en ella tomando mi cabeza, veo a mi hermana bajar a gran velocidad hacia mí.

¿Viste lo que yo vi?- Me toma mis hombros para hacerme reaccionar.

Dime que no estoy soñando- Tomo aire y me indica que no con su cabeza- ¿Lo viste a él?, ¿Viste a Damián?- Ahora soy yo la que la toma de los hombros.

No, solo la he visto a ella y a otra mujer mucho más joven como de nuestra edad- Me quedo pensativa por un momento- Pero quédate tranquila, alomejor el si se vino pero aparecerá después- Me suelta una sonrisa sincera.

Bien, me tengo que ir a duchar hoy tengo clases a la una- Le doy un beso y entro a mi habitación.

Me acerco a la ventana y solo veo como bajan una que otra caja y a la mamá de Damián ayudarles, veo a otra mujer alta esbelta, rubia y por su ropa debe ser de clase alta. Luego de darme una ducha me peino y me pongo un maquillaje ligero, me puse unos jeans pitillo blanco, una polera gris manga tres cuarto y unas zapatillas blancas, tomo mis cuadernos y los pongo en mi bolso.

Al bajar escucho a Nelly cantar en la cocina, Nelly es la "Sirvienta" pero ella para mí y todos es una más de nuestra familia, llego cuando yo tenía dos años.

Hola hija, ¿Ya comiste algo?-

Hola Nel si me levante temprano a trotar- Tomo una manzana del canasto y le sonrió mientras voy a darle un beso.

Hoy te esperara un rico almuerzo cuando llegues- Me da un abrazo y ese simple gesto me trasmite todo su cariño.

Salgo casi feliz olvidando lo que sucede al frente, cuando abro la puerta ¡Bam! Veo a un joven bajar de un Mercedes Benz Camioneta, mis ojos quedan atontados al ver a ese hombre tan apuesto. Debe medir un metro ochenta y cinco o por ahí, su cuerpo se nota trabajado y eso se ve reflejado en su polera ajustada, lleva puesto unos jeans y unos zapatos negros, su pelo color castaño claro, y usa unos lentes oscuros.

Salgo de mi deleite de golpe cuando veo que mira hacia mi dirección, bajo mi cabeza y salgo casi corriendo de la entrada de mi casa- No puede ser, no puede ser- Voy susurrando a cada paso.

Antes de doblar en la esquina vuelvo mi mirada hacia el joven y para mi sorpresa está mirando en mi dirección, giro mi cabeza de un solo golpe y continúo con mi camino hasta el paradero.

Al llegar a mi universidad voy directo a la oficina para verificar los datos de la beca, al entrar a la oficina me hacen esperar ya que el jefe de carrera está ocupado, Cuando por fin es mi turno veo salir al mismo joven de ayer en el café.

Cuando quedamos frente a frente este hace un pequeño movimiento con su cabeza y me sonríe, yo reacciono de inmediato ya que siento mis mejillas arder.

Ok, entonces estaría listo para empezar mañana mismo con sus clases- Se toman de las manos y este le da las gracias.

Señorita Atienza pase por favor- Quedo un poco bloqueada ante la mirada del mismo joven de ayer- ¿Señorita?

Si, si disculpe- Paso a la oficina y tomo asiento como me indica el jefe de carrera.

Ok, necesito que vuelva a llenar estos papeles para firmarlos y dejar todo en orden- Le afirmo con mi cabeza y comienzo a llenarlos mientras me hace algunas preguntas sobre mi clase.

Me quedan cinco minutos y puedo irme a casa, estoy agotada las últimas semanas son las más duras, sobre todo porque los profesores quieren sacar los exámenes ahora ya que se viene el festival y a la semana siguiente son los exámenes.

Decidido caminar hasta mi casa igual es algo lejos pero si rodeo por la playa puedo acortar el camino, voy al casillero para sacar algunas cosas e irme.

Veo la hora y son las cinco de la tarde, cierro mi casillero y al salir veo al joven de ayer conversando con uno de los docentes de la carrera de economía.

Paso por su lado apartando mí vista de su persona, doy pasos largos para pasar más rápido, cuando salgo del recinto tomo un poco de aire y la imagen del joven bajando del mercedes vuelve a mi mente.

¿Será Damián?- Susurro mientras miro con dirección a la nada.

Un pasado muy presenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora