Marionetas

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La sorpresa se dibujó en todos los rostros de los presentes, pero mis queridos compañeros le adjuntaron trazos de enojo hacia mí. No lo disimularon, ni siquiera porque estaba mi madre. Pero esta vez yo no era la culpable, nadie obligó a Lionel hacer aquello ¿Cierto?

-Espero que su decisión no tenga nada qué ver con esos golpes que trae usted y Ruggero en la cara -dijo el presidente- y lamento comunicarle que no puede renunciar, firmó un contrato. Así que le pido, por favor, que tome asiento.

-No pienso quedarme, no en el mismo lugar que Ruggero -contestó Lionel.

-Vea el lado positivo de todo el desastre que ha causado la señorita Karol Sevilla, será como un curso intensivo de actuación a partir de ahora. Tendrán que hacerle creer a todo mundo que todos se llevan bien para poder continuar con la gira -el presidente se levantó y mientras se dirigía a la salida, Lionel volvió a hablar.

-Renuncio -insistió- tuve una asesoría jurídica, sé a lo que me enfrento y lo acepto. Mis abogados y yo nos haremos responsables, con gusto esperaré su llamado en la corte.

El presidente rio con descaro.

-Hijo, te ahorraré muchas molestias y salvaré tu carrera artística si cumples con el contrato.

-No le estoy pidiendo permiso, ni su opinión. Renuncio y punto.

-¿Cómo te lo explico? Es que no puedes renunciar así de fácil. Lionel, no quiero llevarme otra decepción, sé profesional y continúa con tu trabajo, cualquiera mataría por él.

-No.

-¡Me importa muy poco si Karol te rompió el corazón! Supongo debe estar muy contenta, a su corta edad trae a sus pies a dos idiotas. ¿Piensa que ganará más fama? Qué inmadura, por favor.

-No le voy a permitir que hable así de mi hija -gruñó mamá- ni de Ruggero y Lionel.

-Pero es la verdad -el presidente se encogió en hombros- por cierto, usted aún no me da luz verde a la demanda en contra de Ruggero y me estoy desesperando.

-Ambos sabemos que no lo hará, por lo visto le interesa mucho tener a su elenco completo, libre de escándalos -dijo mamá.

-Tiene razón, señora, pero cuando todo se acabe sí que lo haremos, se lo prometo.

-Pues me niego. No voy a acusar a Ruggero de algo que no hizo. Busque otra excusa para arruinar su carrera, conmigo no cuente.

-¡No puedo creer que lo defienda aún con todo lo que hizo!

-¡ES MUY MI PROBLEMA! ¡No puedo creer que se meta en la vida privada de los muchachos! -mamá se puso de pie- Se queja de su falta de profesionalismo ¿Sólo por enamorarse? ¡También son seres humanos! ¿Qué nombre recibe lo que usted hace con ellos?

-Debo aclarar que a mi no se me dio la gana, estas son reglas que vienen desde arriba... -aclaró el presidente.

-Sus reglas son intervenir en la privacidad de sus artistas para mantenerlos lejos de escándalos. Y cuando terminan sus contratos, se disponen a crearles problemas para vengarse de todas esas veces en las que se revelaron porque los quieren tener como perfectas marionetas ¿Me equivoco?

-Por desgracia no, señora.

-Entonces le tengo noticias. No dejaré que mi hija siga trabajando para esta porquería si la van a humillar y controlar.

Fue un gran golpe... Vi cómo los cristales que reflejaban mis más grandes sueños caían. Estar en Disney era una oportunidad enorme de la cual me sentía bendecida por tenerla, pero a la vez se convirtió en una de mis más grandes pesadillas. Es increíble hasta qué punto llegaban para vender. Ahora entendía por qué algunos artistas deseaban alejarse de la imagen que las grandes empresas les fabricaron, algo tan perfecto que era ridículamente irreal. Y tal vez... Anhelaban gritar a los cuatro vientos que ellos mismos se equivocan, cometen estupideces, se enamoran...

La pequeña KarolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora