Verdades

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N/A: ¡disfruten del capítulo! no llegamos a la meta de reproducciones y sé que tardaremos días en lograrlo, pero me bastó con el apoyo que mostraron, de verdad, mil gracias a quien fue a escuchar mis composiciones, neta, lloré como bebé con sus lindos comentarios. Espero que les guste el cap :D

Volteé a ver a Ruggero que no paraba de mirarme, dejó de hacerlo cuando Candelaria caminó hacia él y le plantó un beso en los labios. Una daga invisible atravesó mi pechó.

-Caramba, creo que llegué un poco tarde para la repartición de obsequios, Jorge y Mike me informaron que Karol le daría a las chicas -sonrió Cande... Diabólicamente.

-A Karol le sobró un regalo, ¿Verdad, Karol? -dijo Lionel.

-¡Lio! Qué tal -LIONEL HIJO DE PUTA- oye ¿Qué haces allá tan escondido con Karol? Ahh, ya sé, par de tortolitos. Hacen linda pareja ¿Verdad mi amor? -Cande tocó la punta de la nariz de Ruggero.

Ya sentía que me moría ahí mismo, me faltaba el aire. Candelaria tomó en sus manos el regalo que Ruggero compró para mi.

-¿Es el mio, Karol, querida? Muchas gracias, no te hubieras molestado. Ven aquí -estiró los brazos.

Reuní toda la calma posible para no hacer evidente mi enojo y caminé hasta ella.

-No... No, ese es mio.

-Lo siento nena, me lo quedaré -comenzó a rasgar el papel floreado. Quería arrebatárselo...

Vi a Ruggero de reojo, apretó los puños y la mandíbula le temblaba. Los demás chicos regresaron a lo suyo y Mike le subió volumen a la música mientras Agustín le tocaba el hombro.

-No lo puedo creer... ¡No lo puedo creer! -Cande se tapó la boca- es precioso.

Dejó caer la caja y en sus manos sostuvo una mariposa de cristal posada en dos corazones unidos con una enredadera de flores. Era precioso... Y me encabronaba que ella estuviera tocándolo. Ese regalo era para mi, era mio. Y al parecer Candelaria se dio cuenta porque también lo dejó caer, se resbaló de sus manos como mantequilla y la pieza esculpida se hizo añicos.

-¡Ay no! -fingió preocuparse- demonios, qué distraída soy. Qué bien que previniste las cosas, linda -me quitó el regalo que me dio Lio y lo destapó.

Yo de plano quería llorar y arrastrarla de los pelos por todo el edificio.

-¡Mira nada más! Es un collar -sacó un estuche de terciopelo del tamaño de una hoja carta y lo abrió- ay, que hermoso, es una mariposa. Gracias Karol, no te hubieras molestado -me abrazó.

-¡Hey, Cande! Muéstranos tu regalo -le gritó Valentina y la susodicha corrió a presumirles la mariposa de oro rosado que Lio me había comprado.

Me sentía un charco de vómito.

-Karol ¿Por qué se lo diste? -Lionel acarició mi mejilla, alejé su mano de golpe.

-¿Acaso estás ciego? ¡Ella me lo quitó! -no iba a llorar, no iba a llorar, no iba a darle el gusto de verme como una niña que le han echado su muñeca al lodo.

Lionel me abrazó. Me quería morir.

-Lo siento... No te preocupes, te compraré otro igual -dijo tiernamente.

-No Lio... Gracias pero no -me separé de él. Me serví agua y la bebí al hilo, la garganta se me había secado y comenzaba a picarme. Pestañé demasiadas veces para difuminar las lagrimas que humedecían mis ojos.

-¡Amor! ¿Puedes ponerme el collar que me regaló Karol? -le dijo Cande a Ruggero. Él accedió.

-Karol, oye, no terminamos de hablar -se acercó Lio y quiso tomarme de la mano.

La pequeña KarolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora