Learning to love |DPT #2|

Capítulo 1: Estrellas

★— Capítulo 1: Estrellas —★

En un sueño idealizado, en un mundo perfecto, hubiera sido mucho más sencillo encontrar a su hermano.

Sin embargo, los días transcurrían, las horas se le escapaban de las manos y aún no daba con él. Y nunca se había caracterizado por ser una persona paciente.

—Deja de moverte así —le decía Alaude, cuando inconscientemente movía el pie sobre el suelo, dando pisotones que podrían escucharlos medio mundo—. Sabías que no iba a ser fácil.

—Lo sé —solía afirmar él en esos momentos—. Pero no puedo evitar ser impaciente.

—Tienes que mejorar eso —resoplaba, para luego añadir—: no es una virtud.

Y entonces él rodaría los ojos y le daría la razón, pero a los segundos volvía a dar pisotones, irritando al rubio mayor como lo hacía ahora.

—Giotto, basta —puso las manos en los hombros del aludido, sus ojos azules mirándole con seriedad—. Llevas dos meses así, no puedes seguir de esta manera.

—Llevo años buscándole, Alaude —enfrentó la mirada con una mezcla de tristeza y sinceridad que era imposible rebatir—. Ocho años, y cada día me arrepiento más de haberlo dejado atrás.

—Lo sé —suspiró—. Pero sólo mírate. ¿Hace cuánto que no comes decentemente? —señaló la delgadez excesiva que había adquirido en las últimas semanas—. ¿Y cuánto duermes al día? ¿Una hora?

—Yo sé que... —empezó, pero fue interrumpido por el mayor.

—No, no lo sabes —negó—. Me niego a dejar que sigas de esa manera, ¿me has entendido bien? —no dejó que Giotto replicara—. Ahora irás a comer algo y dormirás como un lirón hasta que esas ojeras desaparezcan, y si te niegas te obligaré.

—De acuerdo... —sonrió resignado. Alaude se preocupaba a su modo por él, y era consciente de que lo que hacía no era correcto... pero no podía evitarlo.

¿Quién podía pensar en comer o dormir en una situación así? ¡Había pasado demasiado tiempo y aún no lo encontraba! ¡No quería pasar otro año con ese maldito sentimiento de culpabilidad!

Miró los resueltos y decididos ojos azules de su compañero, sabiendo que cumpliría su palabra de obligarle a cuidar un poco de sí mismo. Ciertamente, se estaba comportando un poco inmaduro, pero era inevitable.

Él tan sólo quería encontrar a su hermano... pero a la vez, y pese a que no se lo quería admitir ni a sí mismo, tenía miedo de enfrentarlo cara a cara.

Tenía miedo de que Alaude tuviera razón y no pudiera reconocerlo incluso teniéndolo frente a él.

Tenía miedo de que su hermano le guardase un merecido rencor.

★~★

A veces, deseaba crecer. Bueno, a veces no, siempre. De pequeño solía pensar en lo genial que sería que los años transcurrieran más rápido, que el tiempo pasara más deprisa, y que con ello pudiera crecer tanto como para ser capaz de tocar las estrellas.

Porque siempre había admirado las estrellas. Esos astros inmóviles en el cielo nocturno que se juntaban para formar constelaciones. Brillaban tanto que incluso se podría decir que sentía envidia de su resplandor, y había veces que se preguntaba a sí mismo si las estrellas no celarían a la luna que brillaba más que ellas, que las opacaba, y por eso hacían que una noche se fuera para ser ellas las protagonistas del firmamento oscuro.