Capítulo 5: Mejor amigo

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★— Capítulo 5: Mejor amigo —★

Decir que Kyoya estaba enfadado, era un eufemismo.

Sentía unas profundas ganas de morder hasta la muerte a ese desgraciado que se atrevía a respirar el mismo aire que Tsunayoshi, que tan siquiera le estuviera hablando con esa maldita comodidad le ponía los pelos de punta.

Y es que su castaño había estado bastante extraño últimamente, más bien, desde ese día en el que no bajó a la hora para irse a casa juntos por quedarse con el tal Akira.

Y lo peor era que ese sería el primer día de muchos.

Además, no se atrevía a sostenerle la mirada. Ni bien se enfrentaba cara a cara con él, el menor agachaba la cabeza y huía con alguna excusa que era poco creíble.

La mayoría de veces estaba distraído, como pensando en algo que le entretenía lo suficiente como para alejarse del mundo. Y esa sonrisita que esbozaba mientras miraba la ventana era hermosa, sí, pero a la vez no le gustaba el hecho de que no supiera a qué —o mejor dicho, a quién— estaba dedicada.

Tsuna reía con cierto nerviosismo cuando le preguntaba al respecto, quitándole importancia y diciéndole que tenía que estudiar matemáticas. Curiosamente, la materia que mejor se le daba al dichoso Akira.

Porque no dejaba de mencionarlo todo el maldito rato. Akira esto, Akira lo otro... Por Dios, ¡se sabía todo acerca de ese chico y ni siquiera había cruzado palabra con él!

—Me estoy volviendo loco —suspiró, tomando una taza de chocolate caliente mientras miraba de lejos a Tsuna y el famoso y fabuloso Akira riéndose en un banco cercano a un parque.

Vale, se alegraba de que el castaño hubiera conocido a un amigo. Aparte de con él, Tsuna era desconfiado con todos los demás —algo natural teniendo en cuenta lo que le sucedió— y no quería saber de nadie más que del azabache. Eso, hasta cierto punto, siempre le había agradado, aunque también era consciente de que el muchacho debía relacionarse con otras personas.

Bien, ahora Tsuna tenía un amigo, ¿y entonces por qué demonios estaba tan molesto?

—Lo voy a... —al ver que el tal Akira acariciaba el rostro de Tsuna, se agarró fuertemente a la mesa para no romper el cristal y salir ahí fuera, coger al castaño y llevarlo donde nunca jamás ese tipo pudiera encontrarlo.

—Kufufu~, ¿celos, ave-kun? —miró frente suya a un joven de heterocromáticos orbes y sonrisa burlesca que sentaba en el vacío asiento.

—Cállate, piña herbívora —le fulminó con la mirada—. ¿Qué se supone que estás haciendo aquí?

—Que yo sepa, es un lugar público —puso sus brazos detrás de su cuello en un acto de sobradez.

—¿Y quién te ha dado permiso para sentarte ahí? —preguntó ofuscado, respirando profundamente para no matarlo.

—Yo mism... Uhhh —echó un silbido mirando por el cristal que tenía al lado, y por el cual momentos antes miraba el azabache—. Parece que te van a quitar al castañito.

Ante la afirmación, Kyoya volteó el rostro con suma rapidez para ver a Tsuna y su amigo demasiado cerca para su gusto. Akira le estaba cogiendo el rostro con una mano mientras la otra estaba en su cabello. Lo peor era que el castaño, pese a que estaba sorprendido, no daba indicios de querer alejarse, y estaba tan rojo como una fresa.

—Hijo de...

—Eh, eh, tranquilo —interrumpió el de ojos heterocromáticos—. Parece que no pasa nada, mira antes de destruir la cafetería.

Learning to love |DPT #2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora