★— Capítulo 11: Enseñar a querer —★
Imbécil. ¡Era un imbécil!
—Giotto...—No. Me. Hables.
Alaude suspiró. En cuanto la campana terminó de sonar, vio al verdadero Giotto mirándole desde una esquina, y sus ojos lo decían todo.
Había intentado huir, pero le había atrapado cogiéndole de un brazo.
—Giotto, escucha...
—No, no te quiero escuchar. ¿Sabes? Estaba pensando que era una tontería estar enfadados porque vivimos juntos y te veré sí o sí. Pero ahora me queda claro que estás fenomenal sin mí.
—¿Lo has escuchado todo?
—Me hice una idea, no tengo oído supersónico.
—¿Y qué idea te hiciste?
Giotto le sonrió. Pero su sonrisa cargaba tanta ironía y tristeza que sabía que no tenía ni ganas ni fuerza.
—¿Es tu novia ya? ¿O habéis quedado esta noche para serlo? Se la veía muy feliz.
—Giotto, no es nada de lo que te crees.
—No, no tienes que darme ni una explicación. Es tu vida. ¿Por qué me estoy metiendo...? ¡Es estúpido!
—Giotto, escucha...
—¡No, Alaude! ¡No tengo que escuchar nada! Sé... sé aceptar que tu vida y la mía no es nada más que una relación de amistad.
—¿Eso te molesta?
—Quizá me molestaba. Quizá... —sus ojos se llenaron de lágrimas—. ¿Por qué estás tan malditamente ciego?
—Giotto... —suspiró al verlo así—. Por favor, no llores.
—No me des órdenes —le dijo, pero su voz de orden se perdía en un sollozo—. Alaude, dejemos esto hasta aquí. No...
—¿No qué? ¿No quieres seguir? Eres un idiota, Giotto. De los grandes.
—Gracias por recordármelo.
—Pero así eres. Tan herbívoro como tú solo —le acarició la mejilla por la que se deslizaba una lágrima—. Solo no llores.
—No lloro. Me sudan los ojos.
—Claro —sonrió levemente—. Giotto, en serio que no es lo que piensas.
—Ya dije que no...
—¿Sabes lo preocupado que estaba por ti cuando no te vi esta mañana?
—¿Qué...?
—Cuando no estabas en casa, no habías llegado. Me iba a volver loco.
—Pues no...
—Escúchame. Llevas en mi cabeza más tiempo de lo que piensas. Mucho más tiempo de lo que tú crees —su dedo pulgar se acercó a sus labios, acariciándolos—. Me vuelves loco. Eres rebelde, algo llorón, leal, alegre, extraño, a ratos herbívoro y a otros un carnívoro. No hay por dónde cogerte, Giotto.
—¿Qué me quieres decir con todo eso?
—Que no sé qué hacer contigo.
—¿Qué hacer conmigo?
Alaude sonrió ante la ingenua pregunta y decidió soltar su brazo para acercar su cintura a su cuerpo.
—Sí. Desde que te empecé a verte más que como a mi mejor amigo, te volviste la mancha que cubre mi cabeza todo el día. Y te veo a todas horas, ¿sabes?
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Learning to love |DPT #2|
Fanfic[Secuela de "Dessins pour toi"] Ocho años han pasado desde que Kyoya y Tsuna escaparan del orfanato, y su vida era feliz. Eran los mejores amigos, y mientras se tuvieran el uno al otro, nada podía salir mal. O eso era así hasta que nuevos sentimie...