Especial

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Él joven caminaba por los bosques dirigiéndose al lago.
Con la reciente perdida de su padre y con el diagnostico medico de su madre que decía que tenia alzheimer, la vida del chico estaba destrozada.

Mi madre tal vez no me recuerde, pensó corriendo al lago.

Él tropezó y calló de bruces al suelo, con su rostro cubierto de lágrimas y con el corazón destrozado se levantó y corrió mas rápido intentando no pensar en lo inevitable.

Cuando sus amigos intentaron ayudarlo a recomponerse de la pérdida del padre, lo invitaron a una fiesta, en el mismo bosque donde se encontraba el lago de donde tantas veces él y su querido padre habían pescado juntos.

Padre e hijo.

Eso nunca volverá a repetirse, no más abrazos que te dejaban sin aire para demostrarte lo orgulloso que se encontraban. No habría más silencios que decían mas que las palabras cuando se sentaban en el pórtico comiendo un rico postre de una madre que olvidaría a su hijo y al amor de su vida. Aquel amor que lo tuvo que afrontar todo, ese amor que sólo se ven una vez en la vida, ese amor que existen sólo en la literatura.

Todo lo que conocía estaba desapareciendo.

Sus ropas estaban desgarrandose por las ramas. Su pie fue a chocar contra la raíz de un enorme árbol.
Cayó y se puso a llorar en posición fetal. Lágrimas y mas lágrimas salían de esos hermosos ojos azul mar.
Gritaba una y otra vez el nombre de su padre y preguntando fervientemente a la nada "¿porque?" como si alguien le diera respuesta.

ZoeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora