Adaptación de "La Bella y la Bestia"
Hace muchos años, menos de los que puedas imaginar pero más de los que puedas pensar, había una aldea cuya existencia se ha borrado incluso de la tierra, en ella residían pocos habitantes, conociéndose así todos muy bien; casi todos eran granjeros o ganaderos, aunque había un maestro y un panadero, pero los habitantes de aquel lugar seguían con las tradiciones de antaño, como si nada hubiera pasado, como si el mundo más allá de las lindes no existiera. Un día llegó una familia un tanto extraña, era un hombre y un niño, al principio les costó aceptarlos, pero con el tiempo se fueron integrando lentamente aunque no olvidaran su peculiaridad. Su padre, Erik, destacaba por tener una profesión un tanto innovadora, pero los habitantes se habían hecho a aquello, y hacia tiempo que encontraban utilidad en la labor del hombre; y el niño, el pobre Peter, con su pelo totalmente plateado como el metal de las espadas que su padre forjaba, había sido totalmente marginado, los aldeanos tardaron años en entender que no era algo malo, pero jamás logró ser querido o realmente aceptado. Pero a Peter no le importaba, él había aprendido a estar solo, a convertir a su padre en su mejor amigo, a evadirse del mundo. Peter era un niño intranquilo, le encantaba madrugar y nunca quería irse a dormir, hacía de todo un juguete con el que entretenerse, ayudaba a su padre, gustaba de trepar árboles y devoraba libros, pero lo que más amaba en este mundo era correr, sentir el viento en la cara y como agitaba su cabello, el picor de sus pies y el calor en su pecho, la respiración pesada y todo su interior en ebullición.
Y según fue creciendo, nada cambió en él.
***
Aunque siempre recibiera burlas y empujones, el colegio era algo divertido para Peter, el constante aprendizaje le distraía de la aburrida vida de la aldea, pero ahora, a sus 18 años, se consideraba un total adulto como para asistir a ella y debía ayudar a su padre en el trabajo, siempre lo había hecho igualmente, pero ahora también era su profesión. Aquella mañana estaba sentado en la mecedora, quedarse quieto era algo difícil para él por lo que necesitaba el balanceo incesante de aquella silla, con los pies sobre la chimenea para obtener algo de calor, y un libreta entre las manos en donde dibujaba nuevos diseños o modificaba los de su padre. Erik estaba detrás de él, trabajando sobre su mesa, tratando de doblar unas finas varas de metal que había forjado, sus ojos viajaban entre sus manos y el dibujo sobre la mesa, tratando de alcanzar el diseño deseado.
-Si usas unas tenazas, te será más fácil -musitó Peter
Erik no discutió con su hijo, simplemente alargó la mano e hizo lo recomendado, obteniendo el resultado que tanto deseaba.
-Eres más listo que yo, mi pequeña pepita de plata
-Eso ya lo sabíamos -bromeó el chico levantándose y mostrándole la propuesta a su padre -Y no lo heredé de ti precisamente
-Eso me dolió
Peter rió abrazando a su padre por la espalda, el hombre envolvió sus finas manos con las suyas, pensando por un segundo lo pequeñas que solían ser, el tiempo que había pasado, pero sobretodo, que tenía que volver a irse y qué no sabía qué sucedería a su regreso. Hacía tiempo que un hombre del pueblo, la única familia rica que allí había, se había fijado en el talento de su hijo y deseaba tenerlo para él de todas las formas posibles, quería que Peter inventara bellos objetos y que se casara con su hija, cada vez que Erik se marchaba de la aldea, él acorralaba al pequeño para intentar convencerlo.
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The Storyteller (El Cuentacuentos)
Hayran KurguLos cuentos clásicos como nunca te los habían contado. Pocahontas (Thorki) Tiana y el Sapo (Stony) La Bella y la Bestia (Wolvesilver) *Adaptación realizada desde los libros originales, las versiones de Disney, las primeras películas, las películas D...