Senpai [Victuri]

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VIKTOR N

luego de aquella ''Interesante clase a la que presté demasiada atención'' No tenia casi nada que hacer, literalmente estaba sin oficio alguno. Habia regresado a casa y al día siguiente vuelto al colegio para seguir con mi aburrido día.

No habia visto a yuri desde entonces y eso me estaba carcomiendo lenta y dolorosamente. Particularmente nunca habia creido en el amor a primera vista, pero.

Si esta sensación de perder el control, de querer abalanzarmele encima a besarlo, de que mi respiración se agite, el pulso se me descontrole y no pueda pensar con claridad todo el rato que le estuve mirando no era amor, ¿Qué más podría ser?

¿Qué más daba si era otro hombre?

Frustado me fuí a un lugar de paz, la biblioteca. Recorrí con la vista todas las estanterías que conseguía abarcar, hasta donde me llegaba la capacidad visual antes de que se perdiera entre tantas letras, dejé mi vista sobre un libro en específico. ¿Cómo saber si es amor?

De por si el título era llamativo, y sinceramente no me apetecía leer novelas eróticas -Ya habia leido demasiadas en mi vida- asi que simplemente lo tomé y de hecho, estaba interesante.

En cierta parte, decía:

Muchas veces nos sentimos verdaderamente atraídos hacia una persona, sabemos que nos gusta, pero, ¿Es Amor verdadero? o ¿Sólo es una atracción?

Si bien no en todos los casos es sencillo identificar nuestros sentimientos, saber si alguien simplemente nos gusta, si sentimos que queremos a la persona o si estamos completamente enamorados, hay señales que tenemos que tener en cuenta para definir si lo que sentimos es Amor verdadero, solo una atracción u otro tipo de afecto.

Y es que cuando sentimos Amor verdadero por una persona queremos por sobre todas las cosas su bienestar, te contagias con su sonrisa y detestas verle mal -Aunque no he pasado con exactitud alguno de estos casos, pero si no es un encaprichamiento. Terminará sucediendo -

pero aún en este punto no sabemos si es Amor o solo es un querer, comienzas a acercarte un poco más y a confiar, y entonces con miedo te atreves a decir "Te Quiero" por primera vez y esperas que sienta lo mismo por ti.

— Te quiero... — Musité pensativo.

El amor es el sentimiento más puro y profundo que puede llegar a sentir una persona hacia otra, sientes que es tan poderoso que nada puede contra él.

— Ahora que lo pienso...Creo que es un poco exagerado llamarle amor — Reí por lo bajo. — Más bien seria...¿Interés? No estoy seguro... — A punto de cerrar el libro, una frase al azar apareció en mi campo de visión.

''Por que un beso lo aclara todo''

A la final cerré el libro por que se me habia hecho tarde, me habia sumergido tanto en su texto que el tiempo se me habia pasado volando. No quise llevarme el libro a casa, ya habia investigado bastante, lo suficiente como para organizar mi mente y mis ideas.

Lo que sentía por yuri no era amor, ni atracción... Simplemente era un caso de curiosidad o interés, cuando mucho.

Almenos eso pensé, cuando le vi sentado al final de la biblioteca mi corazón dió un vuelco y mi cerebro volvió a como estaba antes.

Un completo desorden.

''Por que un beso lo aclara todo''

Esa frase vino a mi mente repentinamente, haciéndome preguntar: ¿Será verdad eso?

Entonces... ¿Solo tengo que besar a Yuri para poder aclarar la mente y organizar las ideas?

YURI K

¡Maldito profesor de matemática! Por su culpa debo pasar horas estudiando para la prueba ¡Que será mañana mismo a primera hora!

Lo peor de todo es que ni siquiera estaba planeada.

abarcé mis piernas -subidas a la silla- en la biblioteca, mis lentes se iban deslizando por mi nariz, mirada en el piso. Iba a reprobar el examen, eso seguro.

En estos instantes era como un manojo de nervios, tantas cosas andaban en mi cabeza y no me dejaban en paz. Cada vez que estaba tranqulo su imagen aparecía en mi cabeza y me desconcentraba... La imagen de Viktor.

Ah, joder. ¡Es un hombre!

¡No tengo por que estar sonrojándome por cualquier cosa, y menos por un chico!

Habia dejado caer varios libros que tenía en la mano sin querer, indignado. Miré el piso y me arrodillé a recogerlos, repentinamente noté como alguien se arrodillaba frente a mi y me ayudaba — N-no hace falt... — me quedé helado al verle frente a mi, me estaba sonriendo amablemente. Haciendo que mis mejillas ardan con furor.

¿Por qué soy tan débil?

— Deja te ayudo, yuri — Con una mano cargó todos los libros y los dejó sobre la mesa, en alguna especie de trance. Me limité a observarle desde el piso. — Te vas a ensuciar — Comentó y me tomó de las manos, ayudándome a levantar.

— G-gracias por todo — intenté alejarme un paso, el cual ganó el al caminarlo. — Y-ya debo irme — balbuceé sonrojado, cuando noté que nuestra cercanía era bastante y mi paso habia sido obstruido por un estante -El que estaba al final del pasillo, algo apartado y abarcaba toda la pared-.

Allí intenté alejarme de el.

— No permitiré que te vayas... — Siseó tomándome la cintura, apegando mi cuerpo al de el.

— S-senpai ¿P-pero que hace? — Desvié la mirada con un arremolinado color rojo en las mejillas, el no me respondió, me tomó de la barbilla girando mi vista hacia el y me besó.

Abrí los ojos como platos, intenté separarme pero su agarre era demasiado fuerte y me lo impedía, un beso pacífico y calmado. Sus labios me brindaban un calor que hacia años no sentía, un sabor fresco invadía mi boca y me ví luego correspondiendoselo torpemente, mis manos subieron hasta jugar con su cabello. los besos se fueron intensificando. La lengua de el recorría mi cavidad bucal sin piedad alguna, invitando a mi lengua a un seductor juego. De cierto modo me estaba provocando, iba acariciando mi cintura con posesión y su otra mano habia bajado hasta acariciar mi cuello, me estremecí.

Dió una -O más- mordedura a mi labio inferior y seguido de eso unos cortos besos lo acompañaron, al separarnos un hilo de saliva nos mantenía unidos, nuestras miradas inmersa en la del otro, mejillas sonrojadas y respiración agitada.

¡¿Qué demonios acababa de hacer, o más bien de dejarme hacer?!

— Yuri... — Le oí pronunciar con una voz ronca.

— Senpai....— le interrumpí toscamente — He dejado mi... En la....Asi que ¡Adios!

No tuve el valor de mirarle a la cara y salí corriendo.