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- Yuuri, déjame verte.

- ¡No, no quiero!

Me abracé a mi cuerpo débil, hecho bolita sobre el sofá y ocultando el rostro para no mostrar el sonrojo que sentía. Mientras Viktor apuntaba su videocámara a mi dirección.

- No me obligues a amarrarte, sabes que no tienes fuerza suficiente para ir en mi contra. - Se atrevió a levantar mi rostro con sus finas manos, acariciándome las mejillas con aquellos dedos largos y fríos.

Su mirada, me perdía en ella y me incomodaba el hecho de que me estuviera viendo tan intensamente.

- ¿Por qué tengo que usar esta cosa tan vergonzosa? - Viktor sujetaba mis muñecas, obligándome a deshacer la bolita que formaba con mi cuerpo y tirándome sobre el sofá. Instantáneamente había cubierto mi cuerpo; demasiado expuesto.

Él no se subió encima de mí, más bien estaba arrodillado en medio de mis piernas. Tomando fotos desde todos los ángulos posibles.

Y a mí el pelaje falso del traje de cachorro ya me estaba comenzando a dar comezón en la piel.

- Moví mis contactos para hacerte este traje de cachorro ¿No es lindo? - Viktor tiró de la parte superior de la ropa peluda color castaño, que apenas hacía esfuerzo por cubrir mis pezones. - Aunque deja tu abdomen descubierto y se ven tus muslos.

[ Nota: El traje que usó Rintarou de cachorro es el mismo que le puse a Yuuri, si quieren saber cuál es lean Katekyo! xD ]

- S-senpai, por favor deje de tirar de la poca ropa que traigo ¡Claro que no es nada lindo! - Traté de apartar su mano de mi piel, demasiado ágil.

- Este es tu castigo por revisar mis cosas sin permiso, pequeño Yuuri. - Su voz fue un estimulante sobre mi oído, Viktor dejaba pequeños besos sobre mi cuello a lo que yo respondía con jadeos suplicantes.

- Ugh... Senpai. - Volteé el rostro y me aferré a sus hombros en cuanto comenzó a toquetear bajo la ropa, gemí por lo bajo.

- Yuuri, tienes un cuerpo lascivo... Mira que gemir solo porque toqué un poco tus pezones. - Por mi parte sentí vergüenza.

Ubicado en medio de mis piernas, senpai atacó mis labios con lascivia y los reclamó como propios. Sus caderas empujaban lo que comenzaba a ser una erección hacia mi trasero, volví a gemir.

¿Y yo porqué me estaba dejando hacer esas cosas?

No creo que sea debido a que me quiero disculpar por revisar sus cosas.

Phichit, te odio.

- Tienes la mente en otro lado. - Solté un quejido doloroso cuando mordió mi pezón y tiró de él como si nada. En una sensación que comenzaba a mezclarse con placer.

- S-senpai... Ugh ¿N-no íbamos a tomar clases de matemáticas?

Él rió por lo bajo - Yuuri inocente ¿De verdad crees que estoy aquí para enseñarte matemáticas?

Sus manos se desplazaron por todo mi cuerpo y fueron a parar en la cremallera del short que cubría lo mismo -Casi nada- que la parte de arriba.

- ¿No es gracioso que no te haya dejado usar ropa interior? - Presionó contra el bulto que allí había. A lo que yo suspiré. - Tan duro.

- ¿Q-qué hay de tí? También lo estás. - Probablemente no fueron mis palabras las que lo sorprendieron, si no el verme sujetando con descaro su entrepierna

Esa fue como la chispa que lo llevó a abalanzarse encima mío.

Besos y caricias a la par, Viktor dejaba que yo aruñara su espalda mientras él metía el primer dedo en mi interior.

¡No. Esperen! ¡Aun no puedo ser desvirgado!

Ojalá pudiese haberlo dicho, pero mis palabras simplemente no salían de mi boca.

Solo gemidos.

- Uhg... Mmh... Duele. - Me quejé, incómodo con la sensación de tener algo metido en mi trasero. Viktor dio un pequeño beso sobre mi mejilla, precisamente lamiendo una lágrima salada que se deslizaba en ella.

- Se va a sentir mejor, es una promesa.

Asentí, rodeando el cuello del senpai con los brazos para poderme aferrar a algo. Sollozante, entró el segundo dedo.

No podía.

- Yuuri, yo...

- ¡Hijito mío, regresé a ca... - Mi madre, la última persona que esperaba que regresara abrió la puerta y quedó en shock. - ¡¿Q-qué se supone que están haciendo?!

- Hola señora, me gusta su hijo. - Aparté a Viktor justo después de que dijo semejante babosada en un momento como este, me reincorporé sobre el sofá y traté de arreglarme

- ¡No seas estúpido! - No me atreví a ponerme de pie, pero el albino sí que lo hizo
Como si nada.

- ¡Hola! ¿Por qué tanto silen...? ¡Órale! Ahora sí te agarraron con las manos en el cerdo.

- ¡¿Tú qué haces aquí, Phichit?!

- Vine a comer, lo siento, no sabía que te estaban comiendo.

¡Ah! ¡Mátenme!

Miré a mi mamá, pero ella tratando de asimilar las cosas había vuelto a salir de la casa.

- Yuuri, perdón...

¡¿Eso es todo lo que tienes para decir?! ¡Por tú culpa, por estar haciendo siempre lo que se te da la gana me he metido en una bronca grandísima! ¡Insensible! - Objeté. - No te quiero ver ahora. Así que será mejor que te vayas.

Y subí las escaleras a mi habitación, dejando a Viktor con Phichit.

- Pero yo aun tengo hambre ¿No piensan alimentarme?

Senpai [Victuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora