5.- Tormento.

2.4K 166 12
                                    

Al otro día, despertaron por el sonido del teléfono de Amber, era una llamada.

-¿Si?-Dijo ésta contestando aún media adormecida.

-Diablos Amber, ¡al fin contestas!-Era Alexa, su voz se escuchaba alterada.-No tengo idea de dónde estás, ¡pero tienes que llegar a casa ahora!, mamá viene en camino, dijo que si no estabas aquí la pagarías caro. Y viene con tu padre Amber.

La voz de Alexa sonaba afligida. No le gustaba y no quería que Amber siguiera pasando por esto.

-¿¡Que!?-Amber se sentó de un impulso en la cama, e Ian se preocupó.

-Lo que oíste, lo siento, no se dónde pasaste la noche ni nada, pero sabes como es mamá, no quiero que algo malo te pase.-Era verdad, Alexa no quería que nada le pasara a Amber, pues era como una hermana para ella.

-Ok, me apresuro lo más que puedo.

Sin más cortó el teléfono. Su cara estaba pálida. Si no llegaba a casa ahora, se vería en graves problemas, pues Brenda inventaría cualquier cosa con tal de perjudicarla.

-¿Que pasa?-Dijo Ian preocupado por el estado de Amber.

-Yo... Solo debo irme ahora.-Dijo Amber levantándose.

Se levantó y se comenzó a vestir rápidamente. Ian la observaba intrigado desde la cama.

Cuando Amber estaba de espaldas, se levantó de un impulso y la abrazó por detrás.

-¿En serio debes irte tan rápido?-Dijo besando su cuello.

Amber lo deseaba, y él a ella. Se volteó, e Ian le dio un desesperado pero tierno beso. Había empezado a acariciarla de nuevo de esa manera que la descolocaba mientras sus labios se movían a un suave y exquisito compás. Hubieran vuelto a sumirse en las sábanas, si no hubiera sido por Amber, quién logró razonar por un momento y recordar que debía irse a su casa.

Puso sus delicadas manos en el pecho de Ian, y lo apartó lentamente, despegando sus labios sedientos de esa chica de ojos ámbar.

-Tengo que irme, en serio.-Dijo bajito, sin mirar a Ian a los ojos, pues aún le producía un poco de vergüenza, incluso después de todo lo que ya habían pasado.

Ian comprendió que estaba hablando enserio, entonces se apartó.

-Te llevo yo. No lograrás llegar a tiempo si tomas un taxi.-Dijo éste tomando sus pantalones para ponérselos.

-Pero...-Dijo Amber bajito.

-Pero nada, yo te iré a dejar.

No pudo decir mas, pues Ian ya estaba terminando de abotonar su camisa.

Esperó a que Ian estuviera listo, y salieron rápido del apartamento. Se subieron al auto de Ian y emprendieron rumbo.

En menos de media hora, ya iban llegando a la población de Amber, pues cabe aclarar, que quedaba alejada de dónde vivía Ian.

-Dejame una cuadra antes por favor.-Dijo Amber. Su voz se notaba angustiada. Enserio estaba asustada, comprendió Ian, ¿pero de qué?

-Claro... ¿me dirás que pasa?-Preguntó acariciando su mano.

-Ahora no.-Dijo Amber sin mirarlo.

Algo ocultaba esa chica. Algo que le dolía, e Ian ya no podía soportar no siquiera imaginar la idea de que a esa pequeña florecilla que encontró en su camino, le sucediera alguna cosa que le provocara dolor. Sea lo que sea que pasara, lo averiguaría.

Estacionó el auto tal y como Amber se lo pidió, justo una cuadra antes de llegar a su casa.

-¿Estás segura de que no necesitas ayuda?-Preguntó por última vez.

•Luz En La Oscuridad•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora