El padre de Amber, decidió quedarse en la ciudad. Se fueron a vivir juntos él y Alexa, ya que esta era como otra hija para él.
Iban a visitar casi todos los días a Amber.
Ésta por su parte, ya estaba mucho mejor. Aunque abandonó sus estudios en la universidad, se encontraba bien. Junto a Ian había salido adelante y había vuelto a encender la luz que tanto la caracterizaba.
Ian la cuidaba todos los días cuando llegaba de la universidad. Se preocupaba de alimentarla siempre, de que no hiciera esfuerzos, y cuando la dejaba sola, la llamaba a cada momento.
En cuanto a Brenda y Gonzalo, no los verían en un buen tiempo, pues habían quedado presos, y no por poco tiempo.
***
Había pasado un mes desde todo lo ocurrido, y se puede decir que todo estaba bien.
Amber era feliz, pero había algo que le carcomía la cabeza de tanto pensar...
¿Ian la amaba, o solo hacía todo por lástima?
No podía más. Necesitaba saberlo. Si Ian la amaba, sería la mujer más feliz del mundo, pero si no, quería darle su espacio, y se iría de ahí. Por el amor que sentía, no podía obligar a Ian a quedarse con ella para siempre. Solo él decidiría.
Estuvo pensando como una semana en como preguntárselo. Cada vez que quería hacerlo, Ian la besaba, y ya se olvidaba de todo lo que tenía planeado, pero esta vez lo haría. Se preparó mentalmente para hacerlo.
Ian se encontraba en la universidad en este momento. Faltaba mas o menos una hora para que llegara, así que se seguía preparando emocionalmente. Si Ian le decía que no la quería...
Decidió no pensar en eso, pues de solo imaginárselo le daban ganas de llorar, y de que se la tragara la tierra.
-Vamos Amber, tranquilizate, has pasado por cosas peores.-Se decía a sí misma para calmarse.
La hora pasó, y el sentir el sonido de la puerta abrirse, hizo que se le apretara el pecho.
-Hola belleza.-Dijo Ian entrando con una de esas sonrisas que le encantaban a Amber, y que sólo ella era capaz de producir en él.
-Hola.-Dijo esta nerviosa, acomodando un mechón tras su oreja, tal y como lo hacía siempre que se ponía nerviosa.
Ian lo notó de inmediato, y frunció el ceño.
-¿Pasa algo?-Dijo dejando las llaves en la mesa, y sentándose a su lado, al mismo tiempo en que le tomaba las manos.
-Debo hablar contigo.-Dijo Amber haciendo contacto con sus ojos.
Ian sintió como un escalofrío de temor se apoderaba de él. Tuvo de inmediato un mal presentimiento.
-Dime lo que pasa chiquilla.-Le dijo acariciando sus manos.
-Yo... Esto... La verdad no se como empezar. He pensado mucho... Y... ¿Tú me quieres?-Dijo con esa mirada penetrante que decía que hablaba enserio.
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•Luz En La Oscuridad•
RomanceAmber, tiene 18 años, y su vida no va muy bien. Tuvo que sufrir la pérdida de su madre a muy temprana edad, la persona a quién mas amó y seguirá amando. Desde ese entonces, vive con su padre, quién la quiere mucho, pero por estar trabajando todo el...