•Luz En La Oscuridad•

9.-Maite.

*Capítulo Corto*

Estaban los dos sumidos en un profundo sueño, cuando Ian despertó por el sonido de su celular.

Era las 3 am, y su padre lo estaba llamando. Algo debió haber pasado.

-¿Si?-Contestó mientras trataba de despertar bien. A su lado Amber también había despertado.

-Es Maite, se calló por las escaleras, se golpeó muy fuerte en la cabeza, y está inconsciente, no responde Ian. Mi auto está en el taller, ¿puedes venir de inmediato y llevarnos al hospital?

-¿Maite?, voy enseguida.-Dijo y cortó.

Desde que Amber apareció en su vida, había empezado a mirar las cosas de otra forma, y Maite, esa pequeña niña que lo llama su hermano, se había convertido en alguien importante para él.

Se levantó rápido y comenzó a vestirse.

-¿Que pasó?-Dijo Amber preocupada.

-Es Maite, algo le pasó.-Dijo Ian abrochando su pantalón.-Pero quedate aquí, no te preocupes, no tardo.

-Quiero verla, iré contigo.-Amber también le había tomado mucho cariño a la niña.

Se levantó y se comenzó a vestir también.

Diez minutos después ya estaban en la casa del padre de Ian, subiendo a Maite con cuidado al auto, quién aún seguía inconsciente, y se le notaba un gran golpe en la cabeza.

La madre de Maite, el padre de Ian, Amber, y el mismo iban en el auto junto a Maite, rumbo al hospital.

Cuando llegaron pasaron a la niña de urgencia para que vieran que pasaba.

Mientras esperaban, el padre de Ian abrazaba a su esposa, y Ian junto a Amber bebían un café. Ian estaba preocupado, y Amber pudo notarlo en su rostro.

-Hey.-Dijo tomando su mano.-Va a estar bien.

-Mamá murió de un problema a la cabeza.-Dijo Ian de repente.-No podría soportar otra perdida Amber.-Se notaba verdadera tristeza y preocupación en su rostro. Esta era la primera vez que mencionaba a su madre desde que lo había conocido, y se notaba que aún le causaba mucho dolor su perdida.

-Tranquilo, se que estará bien.-Dijo Amber sobando su mano.-Además, yo estoy contigo, pase lo que pase, podremos superarlo juntos.

-Amber, promete que no me dejarás.-Dijo Ian mirándola, y ahora reflejaba en sus ojos un gran miedo a perderla.

-Nunca te dejaré.-Le dijo Amber.

Sellaron su promesa con un beso.

Al rato salió el doctor. Informó que todo estaba bien, que la niña había despertado, pero que debería pasar la noche en el hospital por precaución, pero que al otro día se podría ir y seguir viviendo su vida normal.

Todos quedaron aliviados con la noticia. El padre de Ian junto a su esposa, se quedaron en el hospital, y Amber e Ian volvieron al apartamento. Estaban cansados, pero eso no impidió que entregaran sus cuerpos el uno al otro una vez más. Luego de ese momento, volvieron a la cama, y antes de dormir Ian dijo una última frase.

-Creo que dos personas faltarán a la universidad mañana.-Ambos rieron, y rato más tarde ya estaban dormidos.

Quizá, el destino permitió que pasara lo de la pequeña Maite, para que, en el momento preciso, estos dos seres hicieran una promesa. Nunca alejarse el uno del otro. Quizá pasen por problemas, y se separen por un tiempo, pero siempre volverán a estar juntos. Pase lo que pase...