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Telxíope

Asentí mientras me ruborizaba pero al mismo tiempo sentía que el mundo que giraba a mi alrededor ya no era el mismo. Sentía mi corazón latiendo con excesiva fuerza, como si quisiese salir de mi cuerpo.

Sin responder a su petición corrí hacia la playa avergonzada. ¿Qué había acabado de ocurrir? ¿había besado a un humano? si mi padre se enterara... me mataría.

Metí mis manos en los bolsillos de mi abrigo y noté que había un papel en uno de ellos. 

Lo saqué con curiosidad y recordé que Riker me había tomado de la cintura y probablemente él lo hubiese puesto ahí.

«Un número de celular» pensé.

Pero no tenía celular.

Ese fue el instante en dónde creí que haberle hecho caso a Talía hubiese sido lo correcto; nada de eso podría haber pasado y no me sentiría como lo hacía en ese momento.

Mientras corría cada vez con menos velocidad, la voz de Riker gritando mi nombre retumbaba en mi cabeza. Todas las dudas y miedos no tardaban en aparecer y se me hacía complicado evitarlos.

Con lágrimas en los ojos y una inmensa tristeza interior, llegué a mi ¿hogar? sí, eso era. El mar era mi hogar por más ridículo que podría sonar. Estaba impaciente por salir de allí, pero dudaba sobre que algún día saldría y viviría en la ciudad.

—¿Qué paso? — dijo Talía saliendo del agua. —Pude encubrirte pero fue la última vez, Tel. 

—Lo eche todo a perder.

—¿Estas llorando? ¿qué ocurrió?

—No paso nada. — mentí.

Luego me recosté en la arena esperando a que amaneciera, para así volver al mar.

...

Riker

Todos seguían durmiendo pero no tenía sueño, no había podido dormir en toda la noche. Se me era imposible olvidar lo que había ocurrido hacía unas horas.

Todavía lo dulce de sus labios no desaparecía de los míos.

De repente lo único que paso por mi cabeza era querer caminar por la playa para lograr despejar mi cabeza de ella, su nombre, su dulzura, ternura, todas sus cualidades que hacían correr mi cabeza de su lugar.

¿Qué habría pasado si ella no se hubiese ido? si ella se quedaba, y nos sonreíamos el uno al otro...

De repente, de un segundo a otro, el mismo sonido que había escuchado el día anterior volvió a repetirse:

Húmedo.

Salvaje.

Inusual.

Corrí hacia la orilla para observar el producto de aquel ruido, pero fue inútil ya que lo único que logré verificar era el movimiento de unas pequeñas olas que se movían al ritmo de la brisa del amanecer.

Era el momento perfecto para creer que me estaba volviendo paranóico, creía escuchar cosas que no eran y claramente nada de eso era cierto.

Dí media vuelta y volví a enterrar mis pies en la arena, en búsqueda de nuevos pensamientos.

—¡Llegaste! — gritó Rocky con emoción.

—¿A qué se debe tanta felicidad? — pregunté refregandome los ojos del cansancio.

«No había dormido en toda la noche»

—A Ross se le ocurrió algo brillante esta mañana al despertar. — anunció.

Fruncí el ceño y esperé la respuesta del castaño.

Rydel me observó y me hizo una seña con sus manos de que no era nada importante, y ya que ella me conocía tanto, no lograría interesarme en absoluto.

—Vamos a hacer una fiesta. 

Reí al escuchar esa tan ridícula noticia.

—¿Una fiesta? ¿y a quien van a invitar? — pregunté irónicamente.

—A fans, gente de nuestra edad. Chicos, somos R5, todos van a querer venir.

—¿Quieren una fiesta o un descontrol total?

—Ambas opciones. — dijo Ross mientras bebía un trago de su café. — Va a ser este mismo sábado, tenemos tiempo para invitar a la gente y hacer los preparativos. Ah, ¡Riker! 

—¿Qué? — pregunté sin ganas.

—Puedes invitar a tu amiguita. — contestó con una sonrisa pícara.

Suspiré preguntándome si aquella chica me llamaría.

Telxíope (Riker L. fanfict) {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora