No sabía exactamente qué decir, ni tampoco sabía qué pensar. Pensaba que ya no era necesario buscar un celular porque tenía a la persona que tanto quería encontrar en frente de mis ojos.
De repente, de un momento a otro, su mano tomó la mía con dulzura y suavidad. Era uno de esos momentos tiernos que jamás había vivido Sentía ese "castigo" que también los humanos llamaban "sentimientos" pero como Talía me había dicho, las sirenas no los teníamos; pero muy en el fondo, podría asegurar que estaba sintiendo uno en ese mismo instante.
—Pensé que me llamarías y como no lo hiciste creí que no...
—No tengo celular — sonreí tímidamente.
—Oh — contestó aliviado. —Entonces, ahora me siento un poco mejor.
—¿Por qué sólo un poco mejor?
—Por que tal vez no te había caído muy bien o sentías que no era simpático o algo de eso.
—¿Estas bromeando? eres genial, Riker.
—No olvidaste mi nombre. — dijo sorprendido. — Y gracias por pensar eso de mí.
Se acercó un poco más.
—Riker, me gustaría seguir hablando pero tengo que irme.
—¿Segura? podríamos ir a tomar algo y hablar un poco más para conocernos mejor.
—Segura. — dudé antes de decir lo que quería pero me decidí en decírselo. —Mañana voy a estar de nuevo aquí, si es que quieres que nos volvamos a ver. — caminé un poco lejos de la orilla para fingir que iría a la calle —¡A esta misma hora! — grité para que me lograra escucharme.
—Pero... Tel, ¡espera! — corrió hacia mí casi desesperado.
Quedamos frente a frente otra vez y me invadió una fuerte sensación de incómodidad; sus ojos preciosos me miraban fijo y me sentía rara.
—Mañana a las 8 de la noche mis hermanos harán una fiesta, me preguntaba si querías venir. — preguntó ruborizándose.
Riker me parecía un chico cada vez más tierno; vivía ruborizándose y poniéndose algo nervioso cuando hablábamos y eso me gustaba... mucho.
—¿Mañana? — pregunté nerviosa.
Asintió sin perder su sonrisa.
—Voy a pensarlo, mañana cuando vuelvas vamos a averiguarlo. — le guiñé el ojo.
—¡Hasta mañana a las 6! — gritó casi saltando de felicidad.
—¡En punto! — respondí riéndo.
Al parecer ALGUIEN tendría que cubrirme otra vez, y lo haría sin importar lo que fuese a pasar.
Iría
a
esa
fiesta.
No había dormido en toda la noche. Sí, las sirenas dormíamos en la oscuridad de las profundidades del mar pero se me había hecho muy complicado descansar si pensaba en la fiesta y en Riker todo el tiempo. ¿Qué tenía ese chico que me himnotizaba tanto? aquella era una pregunta que tal vez jamás tendría una respuesta.
Sinceramente, jamás había ido a una fiesta. Es decir, en el mar solían hacer fiestas de cumpleaños o aniversarios ridículos pero no me sentaban muy bien; eran aburridas. Las sirenas adultas bailaban danzas a ritmos lentos y cursis que lo único que lograban era que me durmiese en toda la celebración. También estaban los conocidos entretenimientos, bailarines, y un par de brujas que adivinaban el futuro: mentiras.
Pero a una fiesta "real" nunca había ido, ni tampoco había estado fuera del mar por mucho tiempo. Tenía el presentimiento de que habría gente mucho más joven, de mi edad, y sería más divertido ir a una en esa situación.
—No comiste el desayuno, ¿que sucede? —preguntó Talia sentándose a mi lado.
—¿Puedo pedirte un favor?
—No voy a cubrirte de nuevo, Tel.
—¿Por qué piensas que es eso?
—¿Entonces qué es? — preguntó mirando cómo las olas chocaban con una vieja y gran roca.
—Bueno, tienes razón. Es eso.
—Tel, ¿tengo que explicarte de nuevo esto? Riker es un humano, h u m a n o — dijo mientras deletreaba la palabra. — y no hay manera de que un humano esté junto a una sirena. Ambas somos un mito para ellos, no existimos, y es mejor si todo se queda como esta. Hay sirenas hombres muy guapos en las profundidades, ¡como Bill! el año pasado quería bailar conti....
—No estoy enamorada de Bill. — contesté sin pensar lo que acababa de decir.
—¿Estas enamorada de Riker?
Al escuchar esa pregunta la sangre se subió a mi cabeza y logró hacer que me ruborizara.
Pasaron unos cuantos segundos sin que yo respondiera y Talía volvió a hablar.
—Voy a cubrirte, Tel. Pero prométeme que es la última vez.
—Lo prometo. — y la abracé.
Inmediatamente me preocupé por cómo me vestiría para ir a la fiesta.
Definitivamente, ese era otro GRAN problema.
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Telxíope (Riker L. fanfict) {Terminada}
Fantasy¿Qué sucede cuando una historia no tiene final feliz?