—Pruébate ese otro vestido, es rosa y amas el rosa, ¿verdad?
Llevábamos veinte minutos viendo vestidos y más vestidos. Eran las cinco y algo de la tarde y faltaban menos de tres horas para la fiesta de Riker y tenía que estar a las seis en la playa. Ugh, si era tan complicado ser una humana, no quería serlo.
—No me parece muy adecuado para ir a una fiesta.
—Tel, ¿cómo piensas usarlo? ¿de piyama?
De repente, ignorando la observación de Talía, ví un vestido definitivamente... ¿cuál era la palabra para definirlo? oh: perfecto.
Era de un color beige con unos pequeños detalles negros en las mangas, estas eran cortas y casi no se notaban. La cintura no se ajustaba tanto como en otros vestidos, no era corto ni tampoco largo.
—¡Ese! — susurré para mis adentros caminando hacia el vestido.
Luego de preguntarle a la humana si podía probármelo, entré a una especie de cubículo con una gran placa plateada dónde podía verme: Wow ¿esa era yo?
Mi cabello era rojizo y bastante largo: llegaba hasta la cintura; mis ojos eran marrón avellana y mi cuerpo era como la figura de un reloj de arena. Las piernas eran largas y pálidas y mi rostro tenía un pequeño salpicón de pecas que hacía que me estremeciera al verlas.
Me probé el vestido: encajaba perfecto con mi cuerpo. Se ajustaba sólo un poco a partir de la cintura hasta el comienzo de mis piernas, dí dos pasos y noté que no era un problema.
Dí un último vistazo a mi figura y me di cuenta de que amaba la forma de la cual era... no cuando era una horrenda sirena.
—¿Cómo te fue ese? es bonito. — replicó la humana tratando de convencerme para que comprase el vestido.
—Lo es, creo que lo compro.
La misma sonrió y tomó el vestido para llevarlo a la caja.
—¿Ya nos vamos? faltan treinta minutos para las seis.
—Sí, Talía... ¿trajiste el dinero? — pregunté preocupada.
Asintió.
—Ligeia le pidió prestado a su amigo humano, dijo que le pagaría con ¿sabes con qué? — exclamó mi amiga conteniendo la risa.
—¿Con? — pregunté riendo.
—Como una prostituta, Tel. —y estalló en risas.
—¡Ew!
—Señorita... — me llamó la humana.
Le dí el dinero que consiguió Ligeia a cambio de sexo y con Talía salimos de la tienda a prisas para llegar a tiempo a la playa.
—Creo que allí esta tu príncipe rubio. —bromeó la sirena.
—Gracias por tu ayuda, eres realmente la mejor...—
—No hace falta que hagamos de esta una escena cursi, ¿de acuerdo? Ahora dame esa bolsa que la guardaré por ti y luego la buscas en el escondite de siempre. — y al decir eso me guiñó el ojo y desapareció caminando por la playa en dirección contraria a la mía.
—¡Boo! — exclamé a sus espaldas.
—Wow, no me asustaste...
—Voy a ser más profesional la próxima vez, lo prometo. — dije amistosamente.
—Al notar ese humor supongo que vendrás a la fiesta ¿o no?
—Lamentablemente no puedo...
—Oh, quizás sea la próxima vez. — respondió apenado. Realmente se notaba cómo la tristeza lo invadía así que no pude evitar reír.
—Dije que la próxima vez sería más profesional...
—Me atrapaste. — sonrió.
—¿En dónde es? ¿debo llevar algo?
—Es en un club junto a la boutique "Amor y pisque", no cariño, lo único que necesito es tu presencia.
Wow, quería que fuera.
—¿Es broma? estuve en esa boutique hoy...
Rió.
—Es muy conocida aquí, Rydel compró varios vestidos ya y llegamos hace cuatro días.
—¿Rydel?
¿Y si Riker tenía novia? eso era deprimente, y no tenía sentido ir a la fiesta si tenía que sufrir.
—Es mi... oh, tengo que irme para terminar de preparar algunas cosas para la fiesta, ¿te veo en dos horas? — dijo mientras verificaba su teléfono celular.
—Nos vemos en dos horas. — confirme mientras lo veía caminar por la arena.
Oh no, here we go.
Hear your voice on the radio,
like every single song is about you...
Uh.
La música estaba muy alta, quizás esa era la razón por al cual se escuchaba hasta la esquina del club. Caminé un poco más y ya estaba en la puerta pero no sabía si entrar o no, tenía miedo de encontrar a Riker besando a otra chica y deprimirme por el resto de mi existencia.
¿Acaso era tan fuerte el amor que sentía? todo apestaba demasiado.
Opté por entrar. No me había comprado un vestido ni pasado una hora sentada haciendo que mi amiga me maquillara como una idiota.
La música sonaba mucho más fuerte, y a comparación de la música que escuchaban las sirenas adultas: esta era bastante diferente.
—Hola, cariño. —murmuró alguien en mi oído.
Dí media vuelta y ahí estaba: un chico de cabello castaño claro, ojos verdes y una sonrisa muy bonita. Pero se notaba que estaba ebrio.
—Me llamo Ellington pero puedes llamarme Ratliff, ¿cómo te llamas tu? — y comenzó a acariciar mi cabello ondulado.
—Telxíope. — respondí tímidamente.
—¡Vaya nombre! pero eres hermosa de todas formas. — se acercó e intentó besarme pero lo alejé de mí unos cuantos centímetros.
—Ratliff, deja a mi amiga en paz. — dijo una voz cerca nuestro.
—Lo siento, Tel. Es simpático cuando no esta ebrio...
—Hola, Riker. — lo saludé mientras él me observaba de arriba a abajo.
—Estás muy bonita, ese vestido... wow.
—Gracias, tú... igual.
—Es lindo que no lo hayas dudado por mucho tiempo. — y sacudió su flequillo rubio hacia un lado.
Reí.
—¿Quieres tomar algo? mientras podría presentarte a mis hermanos.
—Claro. — dije mientras comenzábamos a caminar entre toda la multitud de gente que había en nuestro camino.
De pronto, una chica con cabello rubio y ondulado se cruzó por delante nuestro con una gran sonrisa.
—¡Riker! aquí estas...
—Tel... ella es mi hermana Rydel. Rydel, es mi amiga Tel.
—¡Hola Tel! — saludó amistosamente mientras me abrazaba.
Le devolví el abrazo y me sentí aliviada de que fuese su hermana, y no, otra cosa.
—¿Cómo la estas pasando? —preguntó bebiendo un poco de alcohol.
Ambos estábamos sentados en una taberna. Ignoraba lo que ocurría en la fiesta, es decir, lo único que me importaba era Riker en ese momento.
—Es genial que me hayas invitado, realmente me gusta.
—A mi también.
Me abrazó por la cintura y quedamos frente a frente una vez más.
—Diablos, eres tan... hermosa. —susurró.
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Telxíope (Riker L. fanfict) {Terminada}
Fantasy¿Qué sucede cuando una historia no tiene final feliz?