Me inventaré

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Lucía acaba de cumplir  dos  meses, y volvíamos de una visita express a España, cada vez me apañaba mejor con los niños, incluso había retomado el trabajo en la discoteca los fines de semana, me sentía plena, tranquila, feliz, y no sabría explicar muy bien el motivo, pero no es oro todo lo que reluce, hay un ámbito de mi vida personal en el que no estoy feliz.

He de reconer, que estoy haciendo todo lo posible por demostrar mi condescendencia, se que a él le molesta, y yo en otro momento no lo haría porque no soy así,  al contrario, me gusta discustir todo, doy vuelta a todo, en resumen  soy demasido asertiva y complicada, pero  no sé en que momento perdí las ganas de luchar por mi relación, a lo mejor el punto de no retorno fue que no estuviera conmigo cuando di a luz a la niña, o simplemente que nunca deberíamos haber dejado de ser unos desconocidos, de verdad no lo sé, lo único que tengo medianamente claro es que a Marcos lo amé, amo y amaré por varias razones, es mi primer amor, el padre de mis hijos, pero sobre todo en algún momento fue mi refugio cuando más perdida estaba y eso se lo agradeceré siempre, pero ahora mismo, no sé si me dolería perderlo o sería un alivio.

Siendo sinceros, se perfectamente que está situación se tiene que acabar, pero no sé si enfrentarla o directamente irme, no sé, lo único que tengo claro es que ahora mismo hay dos canciones de Malú, una de mis cantantes favorita, que entiendo perfectamente.

Mientras escuchaba está canción, decidí escribirle una carta a Marcos:

" Queridio Marcos:

El día que  nos conocimos empezamos con mal pie, recuerdo que me parecistes un completo idiota, pero a la vez recuerdo que a pesar de que pague mi mal humor matutino contigo, a ti te dio igual y me invistaste a salir sin conocerme; de esos primeros días con nuestras citas de "disculpas" me fuiste conquistando y eso que te resultaba muy misteriosa.

De ese día han pasado casi cuatro años, y a pesar de todos los cambios, desde nuevas amistades, dejando a otras por el camino, a ser madre de dos niños, que a día de hoy son mi vida y esto último te lo tengo que agradecer a ti.

En cuanto a la parte mala, me gustaría pedirte disculpas por los momentos que arruino mi orgullo, mis miedos y a veces mi condescendencia, pero sé que dirás que soy sarcástica y en eso te doy la razón, pero no me puedo disculpar por eso, ya que desde pequeña soy así, ya lo sé puedo cambiar  , pero la verdad, me gusta ser así.

Pero no hablemos de mi personalidad, ni de que soy difícil de entender, ya que a veces, ni yo misma lo consigo; pero volviendo al asunto que queria tratar, es sobre el fin de nuestra relación, por favor antes de darte mis motivos, y que empezemos una discusión, te ruego que nunca dudes que te amo, pero no podemos estar juntos, nos estamos haciendo mucho daño, aunque disimulemos , aunque nos vayan a dar una oscar por ello, pero las cosas hace años que van mal, no sabría decirte si se rompieron la primera vez que discutimos en el hotel, después de contarte un poco más de mi o en el momento que decidí  aplazar  nuestra boda, ese fue un gran error, pero creo que visto lo visto , a la vez fue un gran acierto, pero me huberia gustado casarme contigo antes de haber tenido a los niños, pero no pude, no me sentía preparada para asumir un matrimonio, cuando no sabía muy bien que hacer con mi vida,como para saber que hacer con una familia; Creo que por primera vez en mi vida puedo decir que me gano el miedo, él no saber improvisar  o el mero hecho de  no poder llevar  mis planes a cabo, a fin de cuentas, eso pasa cuando planeas toda tu vida con cinco años, cuando la vida debería ser solo un juego; por eso lo que te puedo prometer es que  nuestro hijos no empezaran a plantearse que quieren hacer con su vida hasta que sean adultos , es decir, mientras tanto me inventaré un mundo sin problemas, donde su infancia se base en ser niños y no mini adultos , ya tendrán tiempo de ser adultos y de ver que la vida es un juego donde tu eres una pieza más en un tablero gigante, pero mientras sean niños que vivan en la utopía de la que "la vida es de broma y no hay que tomarsela en serio".

El pasado siempre vuelveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora