Me encontraba sentada en el banco esperando a Becca, esperaba que Marcos la dejara salir por mí, en teoría ella hoy no debería estar trabajando, lo hizo por mí, y si no viene, ¿A quién llamo yo?, no quiero llamar a mamá se preocuparía demasiado y le daría la razón a mi padre que decía que Mario no era el hombre indicado para mi, quiero dejar de pensar en todo esto que me está haciendo tanto daño pero me es imposible. Acaso Becca no llegará nunca...
-¿Valeria? ¿Estás bien? ¿Qué te ocurre?, ahí estaba Becca, llamándome por mi nombre, algo raro en ella pero sabía que si lloraba era por algo tremendo, ya que no suelo llorar con facilidad.
-Me quiero ir de aquí, por favor.-Y ahí estaban mis lágrimas otra vez brotando sin control, mientras Becca me invitaba a entrar en su coche sin mediar una sola palabra.
El trayecto hasta su casa fue algo incómodo para ella, para mí fue un trayecto lleno de suspiros y lágrimas que vagaban solitarias por mi mejillas. Cuando al fin llegamos no me pidió explicaciones, algo que agradecí, solo me dijo que ya sabía dónde estaba el baño y su ropa y que tenía su cama para poder descansar. Sé que estaba preocupada pero me conocía y sabía que ahora me destrozaría aun más contándole lo que me ocurría, y ella solamente me dio lo que más necesitaba, que era tiempo para hablar....
1 MES DESPUÉS...
Lo pase bastante mal, ahora he levantado cabeza gracias a Becca por no dejarme sola en ningún momento En fin volví a mis antiguas pastillas depresivas en el que me tenían todo el día dormida y apenas sentía dolor ninguno las llevaba con cadena a la muñeca, aunque no estoy segura que era peor, si volver a sentir esa depresión ahogada o ser una persona apagada y vacía de emociones. Ahora me encuentro mejor las pastillas han sido sustituidas por sonrisas y abrazos de Becca, y ahora apenas recuerdo donde se encuentran.
-Valeria, ¿Estás segura de lo que vas a hacer?, me preguntó Becca, estaba tan inmersa en mis pensamientos que apenas le atendía.
-Becca lo he meditado mucho y es lo mejor, me vendrá bien, el director me comentó que no me arrepentiré y me centraré en mi futuro, que mejor manera que allí.
Hace un mes que convivo con Becca, es muy buena conmigo, las noches de insomnio se despertaba y acompañaba. El dolor sigue conmigo, será difícil de superar pero no hay nada imposible durante un mes he recibido mensajes de Mario y canciones dedicadas en la radio pidiéndome perdón, y aunque en ocasiones me replanteaba contestarle, Becca me apoyaba y recordaba la de ocasiones que le he pedido que no me dejara caer. Ahora después de posponer mis prácticas un mes, decidí aceptar la propuesta del director y realizar las prácticas en el hospital de Orlando, uno de los mejores hospitales de Florida, aún no me puedo creer que siga en pie la propuesta de prácticas, pero gracias a que el director no envió a ninguno de mis compañeros allí, la plaza quedó libre.
-¡Valeria, Valeria! Te estoy hablando, ¿En qué estás pensando?, no quiero hacerte cambiar de idea amiga pero quiero que lo pienses, te irás lejos de mí- me decía con un intento de hacer pucheros, la verdad es que no es para nada expresiva.
-Lo siento Becca, estaba en otro mundo, no puedo pensarlo más ya le dije al director que sí estoy dispuesta y el lunes sale mi tren para Florida y en horas de llegar tengo la presentación con el jefe de sección del hospital.
-Te echaré de menos, ahora ¿Quién me despertará en la madrugada metiéndose en mi cama para abrazarme?
-Pues uno de esos macizos de fin de de semana, los cuales no veo últimamente. Y veo como ladea una sonrisa pícara mientras se sonroja por mi comentario.
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Secretos
RomanceValeria Cortey es una chica de 23 años centrada en sus estudios y en su pareja Mario con el que convive. Ella después de 6 años de relación sueña con una pedida de mano.. ¿Pero qué sucede cuando ese matrimonio nunca llegará? ¿Quien diría que su pa...