Valeria
Con cada paso avanzado fuera de la habitación de Adams, mi culpabilidad iba en aumento ¿Por qué no me he regido a lo que debo hacer en mi trabajo? ¿Por qué ese estúpido chico aparece como obra del destino en mi vida? No tengo respuestas para mis preguntas, pero una cosa si debo admitir y es que es irresistiblemente guapo.
La mañana trascurrió muy deprisa, cuando me quise dar cuenta ya había terminado de repartir la medicación a la cuarta planta y ahora me encontraba desorientada, entonces opté por bajar a ver a Patty, algo en esa mujer me trasmitía tranquilidad. Bajaba por las escaleras para hacer algo de ejercicio, llevo unos días muy vaga dejando a un lado mis salidas nocturnas a hacer footing, pero fue una mala decisión bajar por ahí, llegando a la segunda planta topé con Nara que subía malhumorada, intenté escaparme saliendo de las escaleras al pasillo cerrando las puertas tras de mí pero era demasiado tarde, ya que en el intento de escabullirme, mi nombre sonó con tono de enfado.- ¡Valeria! Di media vuelta lentamente mientras fingía una gran sonrisa.
-Buenos días Nara ¿Qué tal? ¿Cómo estas? Yo muy bien, pero me voy tengo mucho trabajo... le contesté sin dejarla responder a mis preguntas, intentado evitar la bronca que seguro venía ahora acompañada de mi despido.
-De eso nada maja, ¿Qué hace usted por aquí? ¿No debería estar en una operación? Y ahí empezaba mi interrogatorio.
-Mira Nara le diré la verdad, dije titubeando un poco a lo que ella hacia un silencio –Me encontraba indispuesta, ya sabes cosas de mujeres, he necesitado salir del quirófano. Dije con un gesto de dolor en el vientre.
-¿Te encuentras bien? me preguntó, parecía preocupada y ahora me sentía fatal, Valeria mentirosa, mentirosa, mentirosa...
-Si Nara, me encuentro mucho mejor, muchas gracias, dije mientras intentaba escaparme otra vez.
-Espera un momento-Mierda, maldije- Si te encuentras bien podías hacer la guardia de una enfermera que no ha podido acudir a cuarta planta, como has tenido la mañana libre supongo que no te importaría. Dijo esbozando una gran sonrisa.
-Claro, si, no te preocupes ¿Ahora? Le pregunté incrédula, ya que había estado toda la mañana en dicha planta.
-No Valeria ahora puedes ir a comer algo, luego directamente te subes a planta y solo tienes que estar atenta de lo que necesiten los pacientes. Me contestó mientras se alejaba dejándome como siempre ahí sola.
Ya estaba por entrar en Cafetería cuando escuche a José llamándome desde una mesa acompañado por el dueto de lagartijas, lo ignoré mientras cogía mi bandeja de comida y me sentaba en una de las mesas solitarias, no les daría el gusto de volver a reírse de mí.
-¿Qué te pasa? ¿No me has visto? Preguntaba José mientras yo hacía que no le escuchaba-¿Valeria? Volvió a preguntar mientras se sentaba a mi lado.
- Ah perdón, ¿Te diriges a mí? Le contesté dando a entender mi enfado.
-Pues claro, en la mesa no hay nadie más, uy Valeria te estás quedando mal de la cabeza ¡ehh! Dijo haciendo que explotara en un segundo.
-Es verdad, olvidaba que soy la razón con la que os divertís, ¿No José? Que quieras ser mi amigo para que tu dueto de amigas me dejen en ridículo, os lo paséis en grande riéndoos de mi, de mi torpeza, de mis pastillas, hasta en la fiesta salió el tema de mis antidepresivas ¿Quién cojones os creéis para juzgar porque las tomaba? Y recalco tomaba, no tenéis ni puta idea. Ahora dime qué quieres a cambio del favor de esta mañana y terminemos con esto. Dije terminando con un hilo de voz apenas audible y mis lágrimas a punto de ser derramadas.
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Secretos
RomanceValeria Cortey es una chica de 23 años centrada en sus estudios y en su pareja Mario con el que convive. Ella después de 6 años de relación sueña con una pedida de mano.. ¿Pero qué sucede cuando ese matrimonio nunca llegará? ¿Quien diría que su pa...