Lesbiana Por Accidente.

Unión.

Desperté y no sabía dónde estaba de repente vi todos los aparatos que tenía pegados a mi cuerpo y recordé todo de aquella terrorífica noche.

Una enfermera entró por la puerta, al notar que estaba despierta fue en busca del doctor.

- Señorita Edwards ¿Cómo se siente?

Preguntó el doctor entrando por la puerta.

- Me duele el cuerpo pero supongo que me siento bien.

- Su familia está afuera ¿Los hago pasar?

- Por favor.

El doctor se retiró cerré un poco los ojos y al abrirlo ya estaban todos acá.

- Mi niña.

Papá se acercó con cuidado y me abrazó.

- Papá.

Comencé a llorar.

- No llores bebé ya todo pasó.

- ¿Cómo está Gigi?

- Al igual que tú, sobrevivió a la cirugía.

Respondió Louis sonriente, este se acercó y me abrazó.

Todas las chicas me abrazaron y noté que Jade estaba algo incómoda.

- Ven acá.

Al parecer entendió de inmediato y me abrazó.

- ¿Dónde está Bella?

- Con su familia, viendo a Gigi.

Respondió Leigh.

- ¿Cuando podré ir a casa?

Pregunté.

- Debemos esperar a que el doctor te dé de alta.

Respondió mi padre.

- Quiero ver a Gigi.

- Aún no estamos seguro de si puedes caminar.

Respondió Lou.

- Uhm, está bien.

No dejaba de pensar en esa maldita noche, pero esa noche nos unió a Gigi y a mí.

- Si no les molesta, quiero dormir un rato.

Todos salieron de mi habitación dejándome completamente sola.

Noté que aún tenía manchas de sangre en el cabello y manos, ese terrible suceso no deja de pasar por mi cabeza ¿Como una cita que sería perfecta pudo terminar tan mal? Aún no me lo explicaba. Debía ver a Gigi así que si nadie me ayudaba iría yo, puse ambos pies en el suelo y fue una mala idea ya que inmediatamente caí al suelo.

- ¡Perrie! -Gritó Gigi entrando en silla de ruedas por la puerta junto con Bella y sus padres- ¿Que esperan? ¡Ayudenla!

El padre de Gigi se separó de ellas y me levantó del suelo poniéndome en la camilla nuevamente.

- ¿Estás loca? -Dijo Bella-

- Nadie quería llevarme con Gigi así que yo iría pero salió mal.

- Pueden dejarme sola con Perrie, por favor.

La familia Hadid salió de la habitación dejándonos solas.

- Me alegro tanto que estés viva Perrie, si hubieras muerto nunca me lo perdonaría.

Sonreí y unas cuantas lágrimas rodaron por mis mejillas.