Mi familia

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Jake y Rachel en multimedia

Nada más decir esas palabras, se cohibe y agacha la cabeza.

Trago saliva.

Me ama. Aún me ama. Después de tanto dolor, tantas noches en vela, tantas horas esperando una llamada con una explicación...

Estoy aturdida. Lo primero que pienso es: "Aún le amo?

No lo sé. No lo sé.

Me mira a los ojos. Como hacía antes.

-Se que es muy fuerte lo que te acabo de decir, y entiendo que te enfades conmigo. No debería haberlo dicho, joder, ahora lo he liado. Joder, Dylan, eres tonto.

No puedo evitar sonreír. Dylan solía pensar en voz alta, y echarse la culpa en voz alta.

-Mira,yo ahora no sé que siento por ti.

-Normal, acabo de aparecer después de todo... No hace falta que respondas...

-Yo... Te ame mucho, pero me hiciste mucho daño. Lo pasé fatal cuando desapareciste sin tan solo darme una explicación.

-Es obvio, entiendo que estés resentida conmigo.

-Más que resentida, decepcionada y dolida.

Me mira, con una mirada triste.

-Mira Dylan. Para mí olvidarte fue una de las cosas más duras que he hecho en mi vida. Ahora estoy aquí, con personas que me valoran y me quieren. He vuelto a sentir lo que tú me hiciste, qué no estoy sola. Y si, soy feliz ahora mismo. Con personas peculiares, que me hacen sentir que son mi familia. Yo... No sé si te amo, pero sí que ya no te necesito como te necesitaba antes. Seque puede sonar mal, pero no te puedo engañar.

Empieza a sonarme el móvil. Lo miro, y es Jake. Joder. Antes de responder miro la hora. 3:27.

-¿Hola?

-¿Rachel?

-Dime.

-Joder, Rachel. Estaba preocupada por ti. Nos estábamos besando y de repente te has ido.

-Lo siento. Es... Es difícil de explicar.

-¿Estás bien?

-Si. Creo.

-¿Dónde estás?

-Eso da igual. ¿Estáis en casa?

-Acabamos de llegar, pensábamos que tú estarias en casa.

-Llego en 20 minutos.

Cuelgo. Dylan me mira.

-Lo siento, tengo que irme. ¿Me podrías llevar?

-Claro.

Salimos de su casa y subímos en la moto. Arranca, y le indicó donde vivo. Me agarro con fuerza. Mientras conduce, no pienso en nada. Solo me apoyó en el, y cierro los ojos.

A los 20 minutos hemos llegado. Me bajo. Las luces de casa están encendidas.

-¿Nos volveremos a ver?-, me mira suplicante.

Antes de que pueda responder, la puerta se abre. Es Nick.

-¡Rachel!

Me giro, y me dirigo a casa.

-Adiós-, digo antes de cerrar la puerta.

Me giro. Están los chicos en el sofá, mirándome.

Rodeada de PlayboysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora