CAPÍTULO I: Atlas, El Titán
Una vez, alguien dijo: "el tiempo lo cura todo". Pero en lo que a mí concierne, eso carece de certeza o quizás soy la excepción de la regla. Hay momentos en la vida que lastiman tanto y se instalan tan profundos como las más fuertes y largas raíces de un fresno, perforando hasta ese núcleo abismal donde habita la esencia del alma y el cuerpo. Y de esa manera, me han obligado a vivir bajo la perpetua sombra de la copa de su árbol, sin importar cómo o cuánto intente arrancar las raíces de mis recuerdos, siempre están ahí, muy dentro de mí, enredadas y afianzadas a mi yerro.
Cierro con llave la puerta de mi vieja y modesta casa en Tarpon Springs, una pequeña ciudad turística en el Condado de Pinellas, Florida. Y mirando hacia arriba a la bombilla que ilumina tenuemente la entrada, atestada de polillas revoloteando a su alrededor, me atraco de aire. Mi Dios, es hora de partir… otra vez. Siempre en el medio de este ir y venir, dividida entre dos mundos totalmente opuestos, fiel representación de mi pasado y presente así como para el resto del planeta. ¿Estoy lista para hacerlo? ¿Lista para encarar la historia, crear una nueva, retroceder, avanzar? Como sea; algo tiene que suceder. ¿Al menos eso puede ser… posible? Mi aliento se ataja y una lágrima rueda cuesta abajo por la comisura de mis ojos, malgastando fuerzas que necesito cabalmente para el duro camino que me espera por delante. Ahí, encuentro mi respuesta automática.
Rápidamente, la enjugo con mis nudillos, tragando amargo, y encandilada por la prolongada exposición a la luz artificial, trato de adaptar mis húmedos ojos a la oscuridad de la noche en dirección a la Pickup Chevy de mi padre, estacionada junto a la acera, tan vieja y destartalada que solo le quedan opacos rastros de su color original azul. Afortunadamente, está apagada – no quiero quejas de vecinos a causa del estruendoso ruido del motor que anuncia su llegada desde una cuadra previa como si se tratara de un tanque de guerra. Bueno… casi lo es.
Y jugueteando inquietamente con el pequeño manojo de tres llaves dentro de mi mano, suspiro tan revuelta, contenida, y por encima de todo, resignada. Para luego es tarde. Arrojo las llaves al interior de mi bolso de piel negra, y finalmente me encamino a paso vacilante hacia George, papá, es lo mismo. Así es como acostumbra a llamarlo mi rebelde hermano menor, por su propio nombre, solo lo hace por molestarlo, y de tanto escucharlo anteriormente, también adquirí ese horrible hábito, aunque nunca me atrevería a decírselo en su cara.
Mientras carga mi valija y mi equipaje de mano en la corroída y oxidada cajuela gracias al salitre del mar y el inclemente sol de la costa dentro de una atmósfera de tensión colectiva, tan solo basta echarle un vistazo para darme cuenta de cuánto se esfuerza por mantener su boca bien cerrada y suprimir el sobreprotector impulso de prohibirme la salida de mi propio sitio como si todavía fuera su niña aun a mis 26 años de edad. ¿Y quién puede juzgarlo? A pesar de que George no está completamente al tanto de todos los reveses y entuertos del episodio más cruel de mi vida – nadie lo está –, por más de dos años se dedicó religiosamente a visitar a una zombi mirando fuera de la ventana, siempre atrapada en los más oscuros y turbulentos recovecos de mi mente, sin final.
¿Pero cómo le explico que el tiempo siempre es tan puntual e indoblegable como los bancos? Tantas páginas del calendario se han ido cayendo, una por una, hasta agotar sin piedad todos mis plazos de espera. Ahora, tengo que pagar de vuelta, sin pataleos, ni remilgos, así de simple. Tal vez George también lo entiende, él tampoco es inmune a las manecillas del reloj, como todos los mortales, siempre está contando minutos para que le alcance la vida, y presumo que por eso simplemente se abstiene de emitir algún comentario y se ofreció a llevarme a mi destino, voluntariamente.
― ¿Esto es todo? – Papá pregunta, echándome un agudo vistazo como si quisiera entrever a través de mis grandes ojos dorados réplica exacta de los suyos.
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Millas de Vuelo al Sol
RomanceDEMASIADO PROHIBIDA PARA MENORES DE 18 AÑOS. FAVOR ABSTENERSE. Misterio, romance, pasión y erotismo, son los elementos de esta peligrosa trilogía que te atrapará en un mundo irreal.