estoy despedida?

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Lo vi entrar a su oficina y no supe que hacer estaba despedida en mi primer día de trabajo? estaba tan nerviosa por lo que el señor Belkin me pudiera decir que apenas si pude prestar atención a lo que el otro secretario me decía, al parecer yo me ocuparía de la agenda de Erik Belkin algo sencillo tan solo tendría que organizar las reuniones y citas para luego informarle.

-haz entendido?- me pregunto por cuarta vez Justin creo que era su nombre. Era un chico rubio de linda sonrisa pero estaba muy nerviosa para ponerme a pensar en eso.

-si lo entendí la primera vez- respondí tajante, yo no suelo ser así pero estaba muy nerviosa.

- lo siento- se disculpó cabizbajo.

- no te preocupes he tenido un mal día eso es todo- me apresure a decir.

- si es por la discusión con el señor Belkin yo me preocuparía él no es de buen carácter- respondió tímido.

- como sabes eso?- pregunte inquieta.

- todos lo comentan es nuevo que un empleado le grite al jefe, tiene más cuidado la próxima vez porque los chismes vuelan- exclamo divertido, creo que voy a llegar a ser gran amigo de este chico me cae muy bien, es muy simpático a pesar de usar gafas es muy lindo también. Me quede hablando animadamente con Justin un largo rato, es un buen chico.

-luego del trabajo ya que terminamos a la misma hora quieres ir por un café acá a la vuelta? Todos de esta empresa vamos pero si no quieres ir esta bi.... – se animó a preguntarme muy nervioso.

- si me encantaría- le respondí enseguida.

- creo que deberías irte antes de que venga el señor gruñón a buscarte- me aconsejo Justin.

-deséame suerte - le respondí dándole un beso en la mejilla y lo vi cómo se ruborizo.

En eso sale el señor gruñón de la oficina y nos queda mirando irritado.

-a mi oficina señorita Jones- me ordeno.

Me apresure a seguirlo antes de tener más problemas y ser despedida, la verdad me tenía muy preocupa todo este asunto. Recién estaba empezando y ya me metí en problemas.

Al llegar a la oficina pude apreciar cuadros costosos por todos lados, un gran ventanal que daba una vista maravillosa del océano atlántico y un gran escritorio lleno de papeles con dos sillas a cada lado donde me indico que me sentara.

Había mucha tensión en el lugar, ninguno de los dos hablaba y solo nos mirábamos. Yo estaba esperando que él lo hiciera, cosa que no paso. Él parecía muy tranquilo e incluso empezó a ojear unos papeles, parecía que no se inmutase de mi presencia. Ya fastidiada de la ridícula situación decidí empezar a hablar yo.

- me tienes algo que decir?- pregunte ya enfadada.

El simplemente se paró de su asiento lentamente, rodeo el escritorio hasta llegar a mí. Puso sus brazos a cada lado mi cuerpo y coloco las manos en el escritorio, atrapándome. Sin decir nada pero a la vez tanto con su mirada me congele y no supe que hacer porque él era tan dominante, que me hacía sentir menos pero no podía apartar la mirada de sus atrapantes ojos esmeralda. Al tenerlo tan cerca me di la oportunidad de apreciarlo mejor, baje la mirada de sus grandes ojos recorriendo todo su rostro hasta llegar a sus carnosos labios y no pude evitar que el deseo que me recorriera todo el cuerpo, queriendo probar esos labios. Luego consciente de que me había quedado mucho tiempo mirando esos labios que tanto quería saborear subí la mirada nuevamente y me encontré con sus ojos que se detuvieron en mis labios para luego mirarme fijamente. En ese momento entendí que él quería lo mismo y se atrevió a ir cortando poco a poco la distancia que nos separaba, hasta quedar casi pegados. Yo fui cerrando los ojos para recibir ese beso pero entonces oigo una risa y me congelo.

-quieres que te bese Elizabeth - pregunto divertido poniendo distancia entre nosotros.

No supe que responder en ese momento muerto por la vergüenza que ese hombre me hizo pasar y entendí que solo estaba jugando conmigo.

-claro que no, eres desagradable tan solo un mujeriego sin sentido- le grite enfadada lo primero que se me ocurrió para defenderme. eso era lo único que me producía este hombre enojo, furia me ponía de los nervios, pero no voy a ser más estúpida yo solo vine a buscar mi trabajo a este lugar.

-cuide sus palabras señorita- me sugirió amenazante, me quede callada tragándome mi orgullo del miedo que me dio el modo en que dijo esas palabras parecía realmente enojado, en ese momento me maldecí por dentro ya que realmente quería este trabajo.

- le tengo que informar señorita que está prohibido el amorío entre empleados y si me entero que lo tiene con el señor kallowe, que la vi besándolo cariñosamente o con otro empleado la tendré que despedir inmediatamente, ahora retírese que esta fue tan solo una advertencia- me respondió mirándome firmemente.

-imposible primero juega conmigo y luego quiere despedirme solo por ridículos ¿celos?- pensé furiosa.

- yo no me estaba besando con Justin- afirme en mi defensa.

-cuanta familiaridad con el señor kallowe le repito que esta va a ser su única advertencia ahora vuelva al trabajo- respondió persistentemente.

Mi jefe (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora