Dos Corazones Rotos - 3ra Temporada/Jos Canela {TERMINADA}

Capitulo •36•

Miré por la ventanilla una vez que Jos había estacionado el auto, estábamos frente a un hospital.

–¿Que hacemos aquí?– Fruncí el ceño.

–Visitaremos a una amiga– Respondió bajando del auto para abrirme la puerta y que bajará yo.

–¿Este hospital no era en el que yo..

–Si– Me interrumpió –Y visitaremos a Julieta.

–¿De verdad?– Dije con emoción.

Me apresure a entrar al lugar, Jos venía detrás de mi. Caminamos hasta la recepción para preguntar por Julieta.

–Buenas tardes señorita, venimos a preguntar por la doctora Julieta– Le dijo Jos a la joven recepcionista.

–¿Tiene alguna cita con la doctora?– Jos negó.

–Solo venimos a saludarla, somos amigos de ella– Aclaró.

–En este momento se encuentra en consulta, tendrán que esperar en tercer piso, allá es donde esta su consultorio– Explicó la joven.

Jos me indicó que subiéramos al ascensor. Y en el piso numero tres, bajamos de este.

Jos miró detalladamente cada parte del lugar con melancolía, lo que me pareció extraño.

–¿Estás bien?– Pregunté.

–Si, solo que este lugar me trae muy malos recuerdos– Respondió tomando asiento en un lugar pegado a la pared –Aquí era donde siempre me sentaba, y también donde a veces pasaba la noche entera.

Mi corazón se estrujó. Sin dudarlo me senté a su lado y recargue mi cabeza en su hombro. Podía escuchar su respiración acelerada.

Ninguno de los dos decía nada, yo solo disfrutaba el estar asi con Jos. Y deseaba que él también lo estuviera disfrutando.

Sentí su mano rozar con la mía, lleve mi vista a estas y pude observar como comenzaba a jugar con mis dedos. Cerré mis ojos un momento mientras sonreí ligeramente.

Seguía siendo la más feliz cuando Jos estaba conmigo.

–¡No puedo creer que sean ustedes!– El grito de la voz de Julieta me hizo abrir los ojos, quite mi cabeza del hombro de Jos y me puse de pie para abrazarla.

–Que gusto me da verte– Dije al separarme de ella, después me hice a un lado y Jos la abrazó cariñosamente, sabía que él aún seguía muy agradecido con ella.

–Jos no sabes como te extrañe– Julieta lo abrazó una vez más.

–Y yo a ti también te extrañe, se que había prometido visitarte pronto pero me es imposible dejar el trabajo– Se excuso.

–Lo bueno que Sarah me marca siempre para contarme todo lo que pasa por allá– Dijo riendo.

–Sarah nunca cambiara– Dijo Jos con sarcasmo.

–Julieta, necesito ayuda con unos papeles– Llegó una enfermera de aproximadamente cincuenta años a nuestro lado, Julieta hizo una mueca y después miró a Jos.

–Oh mira, él puede ayudarte– Contestó señalando a Jos, no pude evitar reír.

–Genial, sígueme muchachito– Le indicó a Jos, Julieta y yo sólo reíamos.

–Me vengare, lo juro– Dijo antes de irse con la enfermera.

–Ven, sentémonos, tengo como cinco minutos libres– Dijo tomando asiento, e hice lo mismo.

–No sabía que ya eras doctora, me da mucho gusto por ti– Dije.

–Gracias, me costo mucho lograrlo– Sonrió –Por cierto, Sarah me contó que tienes una hija– Dijo con emoción.