Antes que nada, la historia original y los personajes pertenecen a Mary K.S. Ngai.
La historia que leerán es una adaptación propia de la historia original que es un "vídeo corto" hecho por su creadora. Intentare mantener gran parte de la esencia hi...
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*ACLARANDO* La imagen no es mía, es de Mary K.S. Ngai. El merito a su arte es de ella y solo de ella. La imagen se la puede encontrar en la cuenta personal de Mary en tumblr.
Antes de empezar quería decir que al ver esto (***) Significa un principio y un fin. Al volver a ver esto (***) significa que volvemos al presente de la historia. Este capitulo es largo, abajo diré por que.
—Vaya sí que eres terco —hablo Foederis viendo como Lamonte intentaba levantarse otra vez. Al principio, le pareció entretenido esa terquedad suya de ir contra ella, pero ya se estaba aburriendo.
»No me culpes por el odio de esa mocosa. Recuerda que tu aceptaste por propia voluntad y si el contrato fracaso, también es por tu culpa. No mía. Mátala —indicó con voz seca viendo como un Lamonte aun derivado entre un montón de Ilirias aplastadas buscaba su guadaña—. Sino, su destino será peor que el tuyo.
Con un resoplido, Foederis se puso atenta ante un nuevo posible ataque de Lamonte que volvía a erguirse. Otra vez con un simple ademan volvería a dejarlo en el piso; ya estaba preparada. Pero en cuanto parecía que el arremetería contra ella, de repente, se quedó estático en su lugar. No entendía la reacción del chico hasta que se volteó.
A unos metros de ellos se encontraba esa lastimera chica. No sabía cómo definirlo, pero estaba diferente, no solo era por la tristeza tan evidente en ella, también tenía un aura sombría que denotaba pesadez.
—Oh... Miren a quien tenemos aquí. Que oportuna eres. ¿No Lamonte? Creo que ya acepto su destino.
En cuanto la vio, toda la ira en Lamonte desapareció por la impresión. Incluso la fuerza que tenía empuñada en su guadaña, se debilito al ver el aspecto de derrota en Fiona.
—No seas tímida... —Foederis se hizo a un lado abriéndole el paso a Fiona, pero ella apenas avanzo—. ¿Qué pasa? ¿Te da miedo acercarte? ¿O tal vez... es asco? Sinceramente, no te culpo.
La pálida mujer lanzo una risa aguda mientras una temerosa Fiona intentaba articular unas palabras.
—Hay... —musito con voz queda—. Hay algo que quiero saber, Lamonte....
—Hey tú, te hablan —le avisó a la parca humana de a su atrás.
Al escuchar eso Lamonte dio unos pasos hacia adelante, pero Fiona se alejó otros hacia atrás al verlo caminar hacia ella; a lo que él se detuvo.
—Creo que ustedes tienen mucho que hablar —mencionó con tono irónico.
—No, también quisiera preguntarte algo —habló sin seguridad.
—Juh...
—Ya se todo, o al menos gran parte de la verdad de este lugar y lo de la apuesta.
Después de decir eso. El semblante de Foederis cambio de inmediato.
