Feliz_cumpleaños_

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Feliz_cumpleaños:

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Fiona no volvió a ver al extraño ente de la anterior vez. Los sueños y citas con Lamonte continuaron, hasta que llego el otoño. Pero no era el color ámbar en las hojas lo que hacía especial a esa estación.

Hace un par de noches, Lamonte a forma de curiosear, le pregunto a Fiona por su cumpleaños. Ella le dijo que apenas estaban a dos noches de eso. A Lamonte le pareció muy oportuno; pero no entendió, por qué Fiona no se lo había dicho.

Fiona le dijo: «Que no es como si esperara "algo"», para ella, era más que suficiente con solo poder verlo. Aun así, Lamonte le reprocho por no decírselo y Fiona se escudó diciendo:

«Que sin querer, se le había ido...»

Su cumpleaños. ¿Eh? Si ni siquiera tenía amigos que la felicitaran. Mucho menos, contaba con que sus padres lo hicieran. Así era su vida diaria, pero no mentía, cuando dijo que solo tenía que estar con Lamonte para estar feliz. Aun así... La noche había llegado y Fiona no pudo evitar estar más nerviosa de lo normal.

Ella despertó en lo que parecía el cuarto de una "reina". Había un montón de cosas a su alrededor pero lo primero que vio. Fue un vestido todo blanco con un lazo rojo que formaba una moña hacia su atrás y a su a lado, había un tocador. Al acercarse hasta el, pudo notar que aparte de tener las cosas propias del tocador de una chica. También había una notita de parte de Lamonte y esta le pedía que se cambiara con ese vestido y que él, la estaría esperando afuera. Fiona en principio se sorprendió.

Normalmente, Lamonte podría hacer el "cambio", sin que ella lo hiciera manualmente.

«"Tal vez quiere que este día sea especial" Pensó...»

Cuando Fiona se cambió, se dispuso a salir. Hasta que paso a verse en el espejo; en principio, como estaba tan ansiosa, solo se había dado una mini lavada antes de vestirse y ahora que estaba más calmada. Presto atención a la variedad de cosas que tenía el tocador; aparte de los peines y las cosas para el lavado, también tenía una gran variedad de maquillaje y alhajeros.

Fiona decidió hacer uso de un par de esas cosas. Se puso una mini base de maquillaje, unos aretes de cristal rojos y un lazo del mismo color para amarrarse el pelo.

Cuando por fin estuvo lista, salió de la habitación. Al abrir la puerta, primero se topó con un pasillo algo largo y tan lujoso como el mismo cuarto. Parecía como si estuviera en una mansión...

Fiona a cada paso que daba, ya podía sentir ese extraño calor ansioso, que inflaba su corazón. Al llegar al final del pasillo, se encontró con unos escalones que estaban a ambos extremos de la mansión. Ella estaba en uno de los extremos y en el otro, estaba Lamonte.

Ambos se sonrieron y bajaron hasta encontrarse en donde los escalones se unían y estos, abrían paso a una sola fila de escalones, que daba a un salón de baile.

Lamonte (con sus típicos ademanes de caballero). Se inclinó y beso la mano de Fiona.

—Hermosa dama. ¿Por favor, me daría el placer de ser su pareja?

—Por supuesto —contesto en lo que acerco una mano hasta su boca para ahogar una pequeña risa.

Lamonte agarro la mano de Fiona y juntos comenzaron a bajar por los escalones.

—Espera —dijo el joven antes de que pudieran bajar el último escalón. Fiona solo lo vio interrogante.

— ¿Qué pasa?

RENDEZVOUS (Nuestro mundo)_Donde viven las historias. Descúbrelo ahora