Cap 2

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Al llegar al hospital las enfermeras lo ayudaron inmediatamente, el era muy conocido en ese hospital ya que había ayudado a muchos, vio como se llevaban a la chica quería quedarse para saber el estado de esta, pero ya iba tarde a la cena, así que tuvo que irse dejando a Meredit sola.

Sam estaba con una copa en su mano solo en el jardín de la casa de sus padres, con la mirada perdida, cuando sintió unas manos que lo envolvían, una gran sonrisa se formo en su boca al ver que era su hermana, había llegado de Londres para poder asistir al evento familiar, su hermana había sido un gran apoyo cuando termino con su novia.

— Hola hermanito, ¿porque estas aquí solo tan pensativo?

— Es que hoy lleve a una chica al hospital, estaba muy mal y no se, quisiera saber como esta

—Mmmm solo es eso

— Kim no vayas por ahí, solo es una chica a la que ayude, no soy tan malo ok

— Yo no he dicho nada ni he pensado en nada

— Te conozco así que no vayas por ahí

— Tan amargado hermanito, dime no piensas en enamorarte otra vez, lo que paso con Rosalia eso fue...

— Basta Kim, por favor no quiero enojarme contigo

— Lo siento, cambiemos de tema, por que no llamas al hospital y preguntas por ella

— No lo se creo que no es correcto

— Si lo es tu la ayudaste solo estas preocupado

— Llamare mas tarde

— De acuerdo y dime que te a parecido la propuesta de matrimonio

— Sabes lo que pienso al respecto, pero si Artur es feliz, yo soy feliz también

— Ay hermanito sabes que te quiero verdad

— Lo se y también te quiero mucho

— Entremos antes que mamá y papá vengan por ti.

Entre risas y bromas la noche fue avanzando por un momento Sam olvido a Meredit.

***

Al día siguiente...

— Meredit ¿como te sientes?

— ¿Dilan?

— ¿que me paso?

— perdiste el conocimiento traías una gran fiebre, mi amigo Sam te trajo, te vio cuando te desplomaste en el parqueo, es una suerte que mi amigo estuviera cerca, dime Meredit, has tomado el medicamento

— Yo... no, se me ha olvidado lo siento—Meredit sentía vergüenza de decir la verdad, ella no tenia para comprarlo.

— Meredit somos amigos verdad

— Claro que si

— Entonces porque me mientes

Meredit agacho la cabeza apenada, no quería causar lastima ni nada por el estilo, Dilan tomo su mentón y suavemente hizo que su vista se centrara en el, y le dijo

— Soy como tu hermano Meredit no olvido lo que hiciste por mi y por eso quiero cuidarte, quiero devolverte el favor, porque no me has dicho que no tienes para el medicamento, sabes que puedo compararte lo que necesites

— Dilan yo no quisiera...molestar

— Meredit si no tomas tu medicamento la enfermedad va avanzar demasiado rápido y no te quiero perder, como de la familia

— Yo tampoco quiero irme Dilan, pero que puedo hacer mis fuerzas se acaban y no tengo nada tu sabes lo que me a tocado pasar y siento que estoy llegando a mi limite Dila, sabes que ayer me despidieron, dime Dilan ¿que debo hacer?, si ya no tengo salidas.

Meredit  lloraba desconsolada estaba cansada de luchar y su enfermedad no se la ponía fácil, Dilan la tenia entre sus brazos acunándola de forma protectora, cuando la puerta de la habitación se abrió y Sam entro, quedando sorprendido por la escena que presenciaba, sintió un poco de incomodidad  se disculpo y salio, no comprendía que estaba sintiendo pero al ver esa escena algo en su interior se removió pero decidió no darle importancia.

Dilan salio a los pocos minutos y saludo a Sam, ambos eran muy buenos amigos

— Hola Sam, ¿vienes a saber del estado de Meredit?

— Si, bueno ya sabes como soy con las personas que ayudo

Sam se sentía incomodo y no sabia porque

— Si amigo lo se—se limito a decir Dilan pero el había notado la incomodidad de su amigo— Se dirigieron al consultorio de Dilan para hablar mas cómodos.

— Dime como esta Meredit—dijo Sam, a quien el rostro ensombrecido de su amigo no le paso desapercibido

— Ella esta mal, Sam

— ¿Que tiene?

— Tiene cáncer en el estomago esta en la etapa IB T2, N0, M0 lo que significa que el cáncer crece hacia la capa muscular principal de la pared del estómago, llamada la muscularis propia (T2). No se propagó a ningún ganglio linfático cercano (N0) ni a cualquier tejido u órgano distante (M0). pero sin el medicamento temo que en cualquier momento eso cambiara, necesita quimios y una cirugia, pero su seguro no cubre todo y yo le he ofrecido mi apoyo pero no quiere es una tosuda

— ¿Cuanto tiene de esperanza de vida?

— Por el momento el 57% 

— ¿La quieres mucho?

A Dilan se le formo una sonrisa en su rostro, sonrisa que incomodo un poco a Sam

— La amo amigo mio, la amo

Sam se sintió algo incomodo ante esa confesión y también sintió un poco de envidia, el una vez amo y lo traicionaron, pero se veía que Meredit tal vez era diferente, tal vez no era como Rosalia o como las otras mujeres que había conocido

— Comprendo logro — articular Sam

— No Amigo no comprendes, mi amor por Meredit es el amor que siente un hermano hacia su hermanita, Meredit es una gran mujer, ella me salvo la vida, yo le debo mucho y me duele ver que no puedo ayudarla como yo quisiera y no es por que no pueda, ella no me lo permite

— ¿A caso ella quiere morir?

— No mi amigo, ella es lo que mas desea ella quiere vivir, pero su vida no ha sido tan fácil a tenido muchos golpes, si supieras su vida, creeme la amarías tanto o mas que yo, ella es un ángel 

— La ayudare pagare su tratamiento

— Ella no te lo permitirá es muy orgullosa

— Pero algo se tiene que hacer, por orgullo puede morir

— Ya se lo he dicho, pero es una tosuda

— Ella no tiene trabajo y si le ofrezco trabajo a cambio de su tratamiento

— Podría funcionar, ella no sentiría que es lastima y que te esta pagando, ¿Harías eso por ella?

— Claro que si, sabes que me gusta ayudar a las personas que se lo merecen y si tu dices que ella lo merece yo te creo

— Gracias Sam, en verdad gracias, no quiero perderla

Sam vio como una lagrima bajaba por las mejillas de su amigo, eso lo impresiono, y se pregunto ¿si esa chica era tan especial como su amigo decía?, tan especial para provocar tal sentimiento en su amigo, eso causo una gran curiosidad en Sam o al menos el creyó era curiosidad.

El FutbolistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora