Cap 7

5.6K 383 4
                                    

Rosalia, ese era nombre de la mujer que creí amar, desde pequeños estuvimos juntos, hicimos la promesa de nunca separamos, todo lo hacíamos juntos, yo no tuve ojos para otra chica solo para ella, mi mundo giraba a su alrededor yo creí que lo nuestro era perfecto, crecimos y mi amor por ella seguía ahí intacto, cuando comencé a jugar de forma profesional a ella le di todo lo que el dinero puede comprar, no vivíamos juntos y aún que no me creas nunca tuvimos sexo, si se que suena increíble pero así es, yo la respetaba cuando ya estuve estable en el equipo, decidí proponerle matrimonio así que un día que sabía que estaría sola en casa, compre un enorme Ramos de rosas de colores y llevaba un anillo iba dispuesto a comprometerme, cuando llegue a su casa toque y me pareció extraño que la puerta estaba abierta así que entre, no vi a nadie así que subí a su habitación planeaba que me encontrara ahí de rodillas con el anillo y el cuarto lleno de rosas pero me lleve la peor de las sorpresas, cuando estuve frente a su cuarto escuche gemidos y se oia la vos de ella suplicando por más, me quedé ahí escuchando todo, me desidi por abrir la puerta sin hacer ruido  y lo que vi fue como una puñalada en mi corazón era Rosalia y entre sus piernas tenía a Zac el era mi mejor amigo mi casi hermano, no podía creer ella decía su nombre y pedía más, ellos ni si quiera se dieron cuenta que yo los veía así que deje el ramo de rosas y el anillo ahí en su cuarto y me fui, esa noche se iba el equipo a Europa así que me fui sin decirle nada a nadie, estando haya me perdí, bebía y bebía me dolía lo que me había pasado así que decidí no enamorarme nunca más creí que las mujeres no valían la pena, cuando regrese Rosalía me busco, Zac intento comunicarse conmigo, nunca respondi a sus llamadas igual con Rosalía nunca quice verla, un tiempo después se casaron y sabes los estúpidos me invitaron a su boda, así que desde ahí utilice como pedazos de carne a las mujeres, noche tras noche una mujer diferente, mi hermana me ayudó a salir de la depresión, pero seguía igual con las mujeres, hasta que te conocí, al principio creí que eras como las demás pero todos los días me mostrabas que no, así que no se cómo ni cuándo me enamoré de ti, de tu sonrisa de tus gestos de tu comida de tu olor —(esto lo dijo pegado al cuello de Meredir)— todo me gusta de ti, todo, me gustas Meredit te amo.

Y con esto último Sam volvió a besar a Meredit, beso su boca su cuello y sus manos la acariciaban de una manera mis tierna muy suave, poco a poco Sam recostó a Meredit en la cama, todo era más intenso, entonses Sam le dijo al oído a Meredit

— Déjame amarte Meredit, déjame demostrarte cuanto te amo, no eres una mujer mas no es sólo sexo Meredit, quiero hacerte el amor, me dejas Med me dejas amarte

Meredit solo pudo decir si y con eso Sam la tomo con más seguridad, le quito el vestido poco a poco hasta que la dejo en ropa interior, Sam la escaneo y pudo notar la delgadez de Meredit y sintió una punzada de preocupación, la beso con hambre y necesidad, poco a poco las prendas desaparecieron, Sam le decía lo hermosa que era, lo que le gustaba, Sam metió un dedo en la feminidad de Meredit y estaba muy húmeda para el, Sam emitió un gruñido de satisfacción y beso la boca, el cuello los pechos, Meredit era como una droga mientras mas la besa más queria de ella, el se posicionó entre sus piernas y fue entrando poco a poco y lo que sintió lo dejo estático por un momento.

— ángel, eres virgen

— Si lo siento

— No mi amor no te disculpes, gracias por permitirme ser el primer hombre en tu vida.

Sam ejerció un poco de fuerza y entró por completo en Meredit, las sensaciones que experimentaba eran únicas, le decía palabras dulces a Meredit para que se relajara no quería hacerle daño, una vez Sintió que Meredit se relajo dio inicio aún movimiento de caderas lento pero profundo, Meredit decía su nombre y gemía, para Sam era música, sus movimientos se hacían más rápidos y Meredit gemía más fuerte, Sam beso, lamió y probó todo el cuerpo de Meredit, era suya, Med era su mujer suya y de nadie más, ambos terminaron al mismo tiempo había sido fantástico.

Sam salió de Meredit quien se estremeció por la acción, Sam la atrajo a sus pecho y la abrazo, Meredit estaba agotada, entre dormida y despierta le dijo a Sam

— Fue maravilloso, Sam, te amo y tengo miedo, no quiero lastimarte, pero Sam se que moriré lo presiento así que comprendere si esta es nuestra única noche justos.

Y con eso se quedó dormida, a Sam se le escapó una lágrima no quería perder a Meredit no ahora que había encontrado el amor, lucharía con toda su fuerza y gastaría hasta el último centavo si era posible pero mantendría a Med con vida.

Ambos se quedaron dormidos en una burbuja de amor, ambos querían estar juntos siempre, Sam lucharía y Meredit también pero la enfermedad había ganado terreno y se los demostraría muy pronto.

El amor de Sam y Meredit sería puesto a prueba.

El FutbolistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora