Estaba durmiendo plácidamente. No quería que nadie me molestara pero me olvidé que ya no estaba en mi casa y, aunque en mi casa mi hermano siempre me despertaba, ahora estaba en el castillo. Podría ser que si no me despertaba, recibiera un castigo mayor.
- Grace despierta.
Solté un quejido. No quería saber de quién provenía esa voz. Noté como el sujeto me tocaba el pelo y abrí mis ojos encontrándome con el rostro del señor que siempre está ayudándome. No sabía qué hora sería, pero estaba segura de que todavía era de noche porque la luz no entraba por las ventanas. Aunque quizá también era por las cortinas estaban echadas. Jamás había dormido tan poco.
- ¿Qué? – le pregunté semidormida.
- Hay que despertarse, tiene que preparar el desayuno.
Me senté en la cama y bostecé. ¿Cómo iba a preparar el desayuno si no sabía ni cocinar? Me froté los ojos y noté mi trasero algo escocido de la noche anterior.
- Hay un problema. – el señor me miró impaciente. – no sé cocinar.
- ¿Enserio?
- Enserio.
- No pasa nada, las demás esclavas estarán en la cocina contigo y después limpiar.
Tampoco sabía limpiar muy bien pero tenía la oportunidad de husmear por el castillo. Y también poder conocer a las demás esclavas y así saber cómo debo hacer bien mi trabajo, porque hasta ahora no lo estaba haciendo especialmente bien.
- Vamos a vestirla.
Me levanté de la cama y me ayudó a ponerme un vestido negro hasta los tobillos con una camisa blanca por debajo. Después, me puso una coleta sujeta con un lazo negro.
- Ya está lista.
- ¿Cómo se llama?
El señor se quedó en silencio sudando si responderme o no.
- George.
[...]
Las esclavas no decían ni una sola palabra mientras estábamos en la cocina. Estaba partiendo unas verduras mientras ellas hervían una especie de sopa en el caldero. En la cena parecían personas completamente diferentes, parecían alegres de estar ahí pero estaban mustias y me daba miedo preguntarles por qué estaban así.
- ¿No están felices de estar aquí?
- ¿Quién lo estaría? – me dijo una de ellas.
Era rubia y su pelo caía en ondulaciones por toda su espalda. Tenía unos ojos verdes grandes y unos rasgos muy definidos.
- ¿Cómo acabasteis siendo sus esclavas?
- No lo sé, a mí me llevaron al castillo y me dijeron que iba a ser su esclava de ese momento en adelante. – dijo la otra chica morena.
Fue lo mismo que me pasó a mí, solo que yo intenté robarle la comida al príncipe...
- Ayer en la cena parecíais felices.
- Si no lo estamos, nos castigan.
[...]
Después de haber estado hablando con las esclavas al preparar el desayuno, me enteré de varias cosas que no debía hacer pero me di cuenta que los castigos que sufrí yo el día anterior, no tenían comparación con los que habían sufrido ellas. A la rubia, hacía una semana, la habían azotado hasta quedarse inconsciente. Al día siguiente no se podía mover. A la morena la humillaron delante de todo el pueblo azotándola desnuda. Entendí que por haberle tirado la copa de vino a aquel señor, podría haber recibido uno de esos castigos.
Empecé a limpiar el castillo. Cada parte de él. Si te fijabas bien en cada detalle, todo era precioso. Recorrí un largo pasillo de mármol con ventanales enormes por los que pasaba la luz natural. Era un día demasiado bonito como para desperdiciarlo limpiando. En el momento que pasé por una puerta doble, me enamoré.
Sí, me enamoré perdidamente de esa habitación. Era una biblioteca. Cada rincón de ella estaba repleta de libros.
Abrí mis ojos como platos y empecé a coger libros de las estanterías. Eran de astronomía y otros de cuentos ficticios.
- ¿Te gusta?
Di un sobresalto y el libro de astronomía cayó al suelo. Me di la vuelta y vi al príncipe levantado frente a mí.
- Lo siento señor. – le dije cogiendo el libro del suelo.
- ¿La gusta leer?
- Sí.
Vino hacia mí y me arrebató el libro de las manos. Después lo tiró de nuevo al suelo y me lo señaló. Suspiré y en cuanto me iba a agachar a recogerlo, me cogió la mandíbula y me levantó hasta posar sus labios sobre los míos.
No iba a subir hasta mañana pero he sacado tiempo. Votad y comentad y seguramente mañana habrá otro capítulo si no tengo ningún contratiempo. <3<3
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Dominada por el Príncipe
Novela JuvenilA los veintiún años, al príncipe Alex se le concede su esclava, al igual que sus otros hermanos. Grace todavía tiene dieciséis años, no sabe nada de la vida y vive alejada de la ciudad. Un simple error puede cambiar todo. Encontrará castigos, romanc...