Carta 2

9 0 0
                                    


Caminábamos Lalo, Brenda y yo por los pasillos de la preparatoria, al igual que toda la escuela.

El timbre de salida por fin había sonado, los tres reíamos por los chistes malos del chico rubio a mi lado.
Recuerdo que nuestro objetivo ese dia era ir a la paletería, la pelirroja a mi diestra tuvo la brillante idea de comer nieve y que lalo las pagara, reí demasiado por eso. Al final el rubio terminó aceptando.

Casi por llegar a la puerta- justo donde todos los chicos y chicas se amontonan deseando salir- tu hombro impacta con el mío provocando que me desequilibre, pero no que caiga, tus manos me sostuvieron por segundos, al tiempo que levanté mi vista encontrándome contigo.

Sonreí al saber que estuviste cerca de mi,  pero lo único que hiciste fue decir un "perdón" sin siquiera verme, seguías viendo detrás de mí como lo hiciste la primera vez que te miré, y a la misma persona. Tu novia.
Mi sonrisa desapareció otra vez como cuando me enteré que tu novia era mayor que tu.
Tus ojos nunca se encontraron con los míos, como tanto lo deseaba.

9 / Septiembre / 2015

Cartas Jamas EscritasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora