Cartas Jamas Escritas

Carta 12

Mi mirada se mantenía firme en el pizarrón blanco con letras escritas negras, pero mi mente viajaba por esos ojos que se metieron en lo más profundo de mi ser, y que en ese momento me miraban fijamente desde una esquina del salón.

Creías que no sabía.
Creías que no sentía tu mirada sobre mi.

Recuerdo perfectamente que estábamos sentados en los mesabancos del salón de "detención".

Y eso que ocurrió hace menos de un mes.

Tú, por las bromas típicas que sueles hacer con tus amigos.
Y yo, por ser culpada falsamente de haber tirado las pinturas a propósito en la clase de artes.

Era una hora de detención.
Miraba el reloj ansiosamente, por cada segundo que marcaba.

Esperando que pasara rápidamente los 18 minutos y 39 segundos que faltaban para salir.

17 minutos

15 minutos

13 minutos

Alguien moviéndose a mi alrededor.

10 minutos

8 minutos

–Deberías dejar de ver tanto el reloj, capaz y lo descompones - me sobresalté al oír tu voz cerca de mi oído.
Tardé en contestarte, pero no sabia que decirte.

–Cuento los minutos en poder salir de aquí..

Tus ojos cafés vieron los míos color miel.

No se cuanto pasó, no sabía si era mi imaginación o era real, pero te sentía demasiado cerca de mi.
La distancia entre nosotros era cada vez menos.

Al rozar tu nariz con la mía, el timbre indicando el final de detención, sonó. Tomé mi mochila a la velocidad de la luz, al tiempo de levantarme e irme.

No me despedí, no te sonreí, pero si volví a verte antes de desaparecer por esa puerta.

Tal vez tu no lo sabes, o tal vez lo sospechas. Pero te metes más y más en mi vida, con una simple sonrisa, o una simple mirada.

Aquel dia no pude dejar de pensar en esos ojos del color de toda la escala del cafe. El café claro y oscuro se mezclan como una danza en tus ojos.

Antes, para mi, parecían igual que todos, pero hoy tuve el privilegio de verlos de cerca. Realmente son hermosos. Completamente diferente al de los demás.

24 / Abril / 2016