Carta 10

6 0 0
                                    

Te vi.
Fuera de la escuela.
Por primera vez.

Iba en el auto de mamá, en los asientos de atrás, mi vista a través de la ventana.

Miraba un árbol, donde sus hojas rosas apenas florecían , después me fijé en el auto blanco del otro lado de la ventana que estaba a unos metros más adelante que nosotras. Mamá lo alcanzó quedando a un lado de este y, de ventana a ventana, pude ver el chico del que llevo pensando hace muchísimos meses. Tú.

Cuando tus ojos encontraron los míos...

Me sonreíste (y fue la sonrisa más bella y sincera que haya visto jamás). Quise sonreírte igual, pero mi mente me traicionaba llevándome a aquel día donde estabas tu con la chica de porcelana (tan linda y delicada que no podría jamás alcanzarla).

Lo único que supe hacer en ese instante fue ignorarte.

Jamás creí hacerlo.

Y cada vez que observo tus ojos no lo logro y aunque piense:

"Superalo"
"Olvidalo"
"Deja de quererlo"
"Él sólo te lastima"

Mi mente sigue viajando en aquel chico que tiene mi corazón en su mano, haciéndolo pedazos con sólo una mirada.

Otra vez, Tú.

¿Patética no? Te hago culpable cuando todo ha sido una mera decisión mía.

Te ignoré una vez.
No se si pueda hacerlo de nuevo.

Aunque como soy tan predecible, lo probable será que el lunes vuelva a verte como todos los días sin que tú lo notes, o siga acordándome de tu rostro cada segundo.

O puede que sea diferente. Ya es momento de un cambio ¿no lo crees?.

02 / Marzo / 2016

Cartas Jamas EscritasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora