Peter Pan nos enseñó que la vida hay que disfrutarla siendo niño.
Mulán nos enseñó a luchar por nuestros derechos.
El Rey León nos enseñó a ser un buen líder.
Y Cenicienta nos enseñó que el príncipe azul nunca, jamás, se rendirá.
Y a ti... ¿qué te...
Era un día nublado en la capital tinerfeña. El viento corría en los callejones mientras que el sol solo brillaba en algunos lugares.
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Un tal trece de septiembre, el día en que las clases comenzaban. Niños deseando volver a los entrenamientos y aspirar a ser los mejores. En cambio, las niñas estaban deseando volver a encontrarse con sus amigas y a ver si este año, podían encontrar a su queridísimo príncipe azul.
Un hermoso caballero con una esbelta armadura y esos ojos claros como el mismísimo cielo en un anochecer perfecto. Todas querían uno, sea una copia o el verdadero; todas deseaban caer, para que el príncipe las salvara.
Todas esas historias que habíamos vivido, comentado y visto. Nuestros abuelos siempre fueron el principal problema; nos ilusionaban. Veían nuestras caras al contarnos esas historias y podíamos... Volar. Volar, al infinito y más allá. Nos sabíamos el camino a la perfección: la segunda estrella a la derecha y todo recto hasta el amanecer.
Hasta ese día, el día en el que muchas vidas cambiaron con solo el sonoro sonido de la campaña del recreo. Acordaros de ese día como si fuese la última cosa que haríais en esta vida:
13 de septiembre de 1992.
Si no lo vives, no puedes contarlo.
——————— Este nuevo proyecto irá vinculado a como pasé mi infancia, lo vivido en ella y lo que nos depara el futuro. Pero, sobretodo, estará muy unido a las islas Canarias, donde transcurren la mayoría de las escenas. Con esto quiero aclarar que habrá muchas palabras del léxico canario. Cualquier palabra que no entendáis, simplemente comentármelo y yo os responderé encantada.
Un beso y espero que tenga tan buena entrada como la anteriores.
