Capítulo 5

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Los cumpleaños suelen ser uno de los mejores días para cualquier persona, pero en especial para los niños. Desean con ansias que este día tan bonito llegue para poder disfrutarlo con todos sus amigos.

Este día, trece de octubre, Nerea cumpliría ocho años. La isleña decidió celebrarlo en el Loro Parque. El mejor zoológico de Europa, según las estadísticas.

A Nerea le cantaron el feliz cumpleaños en su casa a primera hora de la mañana, y a las once, Lucas estaría en su casa para que lo llevaran al lugar indicado, ya que su madre no lo podía alcanzar.

Nerea, Victoria y sus padres, esperaban impacientes a Lucas. Cuando llegó, lo primero que dijo fue:

—¡Felicidades Nerea!

Los dos se abrazaron. Lucas y Nerea habían forjado un fuerte vínculo desde pequeños, y la tinerfeña lo consideraba como su mejor amigo.

Se subieron al coche y pasaron aproximadamente cuarenta y cinco minutos de pura diversión hasta llegar al destino.

Cuando llegaron al fantástico lugar, quedaron asombrados al ver la gran decoración. Hacía tiempo que no lo visitaban.

La madre de Nerea les dijo de sacarse una foto en los matorrales con forma de elefantes. Terminaron y fueron a la entrada, donde ahí la madre comenzó a hablar con la dependienta.

—¡Mamá! —exclamó Nerea—. Ahí viene Mariana.

—Vete a saludarla.

Nerea esperó a que su amiga subiese las escaleras. Las dos se fundieron en un dulce abrazo.

—Toma tu regalo.

Nerea fue a abrirlo, pero su madre la detuvo y se lo quitó de las manos. Se lo dio a la dependiente para que lo guardase.

Nerea rodó los ojos.

—¿Qué era? —preguntó.

—No te lo puedo decir —Mariana se encogió de hombros.

Los invitados, poco a poco fueron llegando. Había invitado aproximadamente a diecisiete personas, de las cuales dos no habían podido asistir.




Cuando todos los invitados estuvieron en el Loro Parque, entraron de uno en uno. Les pusieron un dorsal en el brazo derecho para reconocerlos, y también les regalaron una gorra amarilla con el logo del Loro Parque. Una vez dentro, el monitor les explicó todo lo que iban a hacer: visitar el parque y asistir a todas las actuaciones.

Empezaron pasando por un puente de madera, donde debajo de ellos había peces de colores. Y bastante grandes.

—Se parece al pez que pesqué ayer —dijo Álvaro.

—¿Y si tu padre lo vendió al Loro Parque? —preguntó entusiasmada Nairylein.

—¡Te imaginas!

Luego de pasar por el puente, se tenían que sacar una foto grupal con un par de loros.

—Toma, Nere —el monitor le cogió el dedo índice y le colocó la cacatúa en el dedo.

Nerea se puso nerviosa mientras miraba a la cacatúa.

—Me va a morder.

—¡A verla!

Paulo se acercó y le tocó las plumas de la cola.

—¡Ay que suave!

Varios niños se acercaron y la cacatúa empezó a moverse en el dedo de Nerea.

Por la cabeza de la tinerfeña pasó el pensamiento de tirarla y que volara. Ese pensamiento lo descartó al ver a su hermana con un loro rojo en el dedo.

Llévame lejos |Jesús Navas|Where stories live. Discover now