Llévame lejos |Jesús Navas|

Capítulo 10.

El reloj ya marcaba las tres de la tarde. Solamente una hora más para que comenzase la exhibición de gimnasia rítmica.

-¡Nerea! ¡Victoria! -su madre gritó enfurecida-. Dejar de saltar por los muros, o llegaréis tarde.

Las niñas obedecieron a su madre y corrieron hacia ella. Cruzaron la calle y entraron al colegio.

Victoria y Nerea entraron a la sala donde las demás niñas entrenaban o se maquillaban. Ambas ya estaban vestidas con su maya color azul y traían sus punteras en una bolsa.

-¡Chicas! -exclamó Laura, la profesora-. Ir a calentar.

Las dos asintieron. Dejaron sus cosas en una esquina y se pusieron las punteras. Al ya estar listas, se sentaron junto a Mariana y Alba.

-¿A qué estoy guapa? -preguntó Mariana. Enseñó su collar de perlas orgullosa.

-¡Qué bonito! -exclamó Victoria-. Estás guapísima.

Las cuatro encogieron sus piernas y comenzaron a hacer el ejercicio llamado la mariposa.

-Estoy súper nerviosa -dijo Alba a la vez que mordía su labio inferior.

-No te preocupes -Nerea le dedicó una cálida sonrisa-. Tú hazlo como si nadie estuviera mirando... como si estuvieras en una nube.

-¿Cómo se hace eso?

Nerea agarró su mano.

-Cierra los ojos.

A la vez, las dos cerraron los ojos.

-Imagina que estás bailando, el baile que tu quieras.

-Ya.

-¿Qué ves?

-Hacemos un perfecto baile todas juntas, y todo el mundo nos aplaude -Alba sonrió incoscientemente.

Las dos abrieron los ojos.

-Pues es así como debes imaginarlo cuando estés ahí, bailando.

Alba le dio un corto abrazo a Nerea. Siguieron entrenando hasta que Laura se acercó a ellas.

-Nerea, Victoria, ir junto a la madre de Alba para que os maquille.

Las dos, con una sonrisa en la boca, se plantaron delante de la madre.

-Hola chicas -la madre de Alba les dedicó una cálida sonrisa-. ¿A quién maquillo primero?

Obviamente la respuesta a la pregunta era Victoria, la cual se puso delante de su hermana, sin dejar que Nerea pudiese opinar.

La madre de Alba comenzó a hacer su trabajo. Un poco de pintalabios, colorete y lista.

Victoria volvió junto a Mariana mientras a Nerea la maquillaban. La tinerfeña se agachó para quedar a la altura de ella y preguntó:

-¿Estoy guapa?

Mariana frunció el ceño.

-Sí...

Victoria se levantó. Su moño se tambaleó de lado a lado al hacer un ligero movimiento de cabeza para después alejarse lentamente.

-Victoria nunca va a cambiar... -susurró Mariana rodando los ojos.

-¿Qué esperabas? -dijo riendo Alba. Se levantó y fue junto a su madre.

-¿Pasa algo cariño? -preguntó la madre. Le repasó los labios a Nerea.

-¿Podemos quedarnos más tiempo? -suplicó Alba-. Después de la actuación van a venir los de kárate, y habrá un sorteo, y churros... ¡y medallas!