SENTIMIENTOS

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NARRA MARRIETT

Al levantarme por la mañana aun no podía creer lo emocionante y feliz que fue el día anterior, y aunque muchas cosas pasaron creo que fueron para bien. Solamente una cosa me seguía intrigando, y es que ayer en la noche mi padre se quedo con Jay, ¿que habran hablado? Espero que pronto lo pueda averiguar.

Después de una ducha me cepille el cabello y lo trence de lado colocando una moño rojo al final, me puse un vestido rojo intenso de terciopelo y unos zapatos a juego sin olvidar el ultimo toque a mi atuendo, mi collar que me dio Jay. Cuando termine de arreglarme fui a la habitación de Jay como cada mañana para ver si estaba listo para bajar a desayunar, así que toque a su puerta- Jay ¿estas despierto?- al no escuchar respuesta me dispuse a entrar a su habitación lentamente.

-¡Ay!- sentí como me agarraban por la cintura detrás de mi y unas enormes carcajadas- ¡No me asustes así Jay!, ¡casi muero!

-No seas exagerada niña linda - me dio un beso en la mejilla - buenos días.

-Buenos días...-No lo mire cuando se puso enfrente de mi, aunque debo que admitir que estaba en una lucha interna para evitar mirar esos hermosos ojos.

-Vamos no te enojes Marriett, debes admitir que fue una broma muy buena.- dijo jalandome una mejilla y sonriendo, me rindo.

-Esta bien- mirando aquella sonrisa provocada por su travesura no logre evitar hacer lo mismo.

-¿Vez? no soy fue tan malo-aun con unas pocas carcajadas se adelanto a la puerta- anda, es hora del desayuno.

-Si-con entusiasmo tome la mano de Jay y bajamos las grandes escaleras para dirigirnos al comedor.

Al llegar ya estaban presentes Lilian y mi padre que estaban ocupados leyendo el periódico matinal. Soltando la mano de Jay corrí a donde estaba mi padre y lo abrace fuertemente del cuello sorprendiéndolo.

-Buenos días papá- lo apreté mas fuerte.

-Marriett ¿cuando acumulaste tanta fuerza?- al escuchar sus palabras me di cuenta de que le faltaba un poco el aire así que afloje un poco mi abrazo.

-Lo siento papa, creo que me emocione demasiado.

.

-Esta bien bien hija, no te preocupes por eso, creo que yo también te abrazaría así después de tanto tiempo sin verte pero si lo hago Lilian me mataría.

-Solo cuido del bienestar de la señorita.

-Y te lo agradezco Lilian, bueno ahora siéntate que tenemos un largo día-desviando la mirada detrás de mi dijo- Cambien deberías empezar a desayunar Jay, necesitaras energías.

Obedeciendo a mi padre me senté en mi lugar habitual de cada mañana junto a Jay y di gracias por la comida. Comencé a comer observando discreta y sigilosamente a Jay.

-¡Oye!...que mala, sabes que esos bizcochos me encantan y era el ultimo.

Pasando el bocado del bizcocho de chocolate por mi paladar lo mire- Me lo debías por lo de la mañana-no pude evitar unas risas pequeñas.

TIERRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora