CAPÍTULO 38.

243 23 17
                                    

¿Por qué me dolía tanto la cabeza?

+ NO ES NORMAL QUE ELLA SE DESMAYE SIN MÁS, YA NO ES HUMANA -oigo la voz de mi vampiro fría y dura-.

¿Qué está pasando?

+ YA LO SÉ, Y NO ME GRITES, ESTÚPIDO -le responde gritando Bruno-.

+ ¿QUÉ ME HAS LLAMADO, CHUCHO?

+ ESTÚPIDO CHUPASANGRE, NO ME LLAMES CHUCHO.

+ YA BASTA - les regaña Mateo - son unos infantiles.

Abro los ojos y miro a los tres hombres que me miraron en cuanto abrí los ojos.

Jesús y Bruno no tardan en cogerme una mano cada uno.

- ¿Qué me ha pasado...?

+ No lo sé -me mira Jesús preocupado-.

Me levanto de la cama.

- Luego vengo -digo rápido para salir corriendo hacia el lago-.

+ Hola, querida -me sonríe Arturo mientras me mira-.

- Arturo necesito que me ayudes.

+ Ya, ya lo sé, ven conmigo.

- ¿A dónde?

+ Al infierno. Allí hay otras dos personas, podrás saber todo lo que quieras.

- ¿Al infierno?

+ No hay otra opción.

- Pero Jesús y Bruno...

+ No te dejarán venir si se lo dices, esta oferta es única o la tomas o nunca sabrás nada.

- ¿Podré volver?

+ Claro, querida.

Asiento.

- Rápido, por favor.

+ Dame tu mano.

Le cojo la mano y empiezo a sentir un mareo que me hace caer al suelo.

Al abrir los ojos lo veo todo oscuro.

+ -me levanta del suelo- por aquí -anda delante de mí-.

Yo torpemente y con dificultad lo sigo ya que veía súper mal.

+ -Abre una puerta y pasa- Pasa.

Paso a esa habitación.

Era una especie de biblioteca, en el centro d la sala había una mesa grande con muchas sillas. En una de las sillas había un hombre mayor, pelirrojo, de cara se parecía a Arturo, tenia los ojos rojos por lo que sería vampiro. En otra silla, al lado del hombre, había otro chico pelirrojo, era más jóven, ojos rojos también, pero muy guapo. En otra de las sillas había una chica pelirroja de cara familiar...sólo que no me acuerdo ahora, creo que ambos chicos son mellizos.

- ¿Quiénes son?

Arturo se sienta en una de las sillas cerca de ellos y yo frunzo el ceño.

+ Te expliqué sobre tu poder -empieza a decirme Arturo- te he ayudado todo lo posible. Tu poder es muy grande, mucho más que todos nuestros poderes juntos.

- ¿Cuales son sus poderes? -miro a los chicos-.

+ Yo puedo hacer que cualquier ser, inmortal o mortal, sienta o haga algo que yo quiera -dice el chico jóven-.

Frunzo el ceño.

- Tú hiciste que me desmayara...

+ Exacto -me sonríe divertido- te veía menos inteligente...

Lo miro mal.

+ Yo puedo teletransportarme.

- ¡Tú eres la que entró en mi habitación! Al principio de todo...

+ Quería matarte, yo estaba con Jesús, él no me quería, sólo me usaba, él te quería a ti pero yo nunca me imaginé que metiera en su casa a una humana y quería eliminarte antes de que me lo robaras del todo -me mira mal-.

+ Pero se lo impedí, te conocí y vi que tu poder era demasiado grande como para desperdiciarlo, supe que no se iba a malgastar... -dice Arturo-.

- Claro que no se va a malgastar, lo voy a usar.

+ Nosotros habíamos pensado otra cosa -me dice el hombre mayor- yo soy James, James Harrison, puede que hayas oído hablar de mí...

- Sí, puede que sí -lo miro a la vez que miro a los dos chicos-.

+ Ellos son mis hijos mellizos, Victoria y Alan.

- No creo que este aquí para que me digas quien eres.

+ Cierto. Estoy aquí para ofrecerte un trato. Quiero tu poder, tu poder significa que podré ser dueño de todo. Ya no tendré que meterme en sueños para conseguir mis objetivos, sólo me hace falta tu talento..

- No te lo pienso dar.

+ Llevo buscándolo siglos, no pienso permitir que una niñita que era humana venga y lo aprenda antes que yo, ¡Sólo yo me merezco ese poder!

- Pues no lo tienes.

+ Pienso tenerlo. Debes darmelo o los que acabarán mal serán ellos.

Arturo empieza a hechar un humo negro y espeso de sus manos donde se ve a Jesús, Daniel, Mateo, Bruno, Alba, los padres y el hermano de Jesús y Daniel y mis padres adoptivos.

- Como Niebla..., ¿verdad? - digo con odio-.

+ Eso fue mi culpa - ríe la chica pelirroja- Ups.

Le tiro una bola de fuego a su camiseta haciendo que empiece a arder, a lo que su hermano se levanta corriendo y le tira agua encima para apagarla.

+ ¿¡QUÉ SE SUPONE QUE HACES!? -me grita el supuesto Alan-.

- Nadie va a volver a hacerme daño, ni va a volver a engañarme -miro mal a Arturo- procurad no acercaros a mi familia o los que terminareis mal seréis vosotros, ¿entendido? Os juro por la luna que no tendré piedad como se os ocurra hacer algo...

Arturo hace que el humo venga hacia mí, envolviendome y dejándome inconsciente.









Votad y comentad para que siga pronto

ENTRE DOS ALMAS [ GEMELIERS ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora