CAPÍTULO 3

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¿Olvidarme de él? No creo haberlo visto nunca. Sin embargo, me resulta cada vez más familiar.

+ Además lo sé todo de ti - me dice bruscamente sin dejar de mirar a la carretera -.

- ¿Perdón? - pregunto molesta-.

¿Qué se supone que estoy tratando con un acosador?

+ Ya te explicaré.

- ¿Y por qué no ahora?

Me estaba empezando a irritar con tantos enigmas. Estaba aún asustada y ahora también malhumorada, no estaba para estas tonterías.

+ No te conviene ser pesada y enfadarme, ¿vale? - me dice en modo de advertencia que me hace volver a ponerme alerta -.

- ¿A dónde me llevas? - digo cuando veo que no estábamos en el camino correcto hacia mi casa -.

Sabía de sobra que estábamos en la autovía saliendo de la ciudad. Estaba completamente asustada, no sabía donde íbamos.

+ ¿Vas a dejar de preguntar?

- No, responde - digo molesta mirándole fijamente -.

+ Mira guapa,  aquí el que manda soy yo, ¿te enteras?

- Tú no me mandas - respondí al instante ante su estupidez -.

+ ¿Quieres verlo? - dice mientras reduce la velocidad del coche y me mira de vez en cuando de reojo -.

Recordé la forma en la que se puso con los chicos y me quedé callada. No quería que me agrediese, tenía pinta de ser fuerte, y yo no lo era mucho.

Aparto la mirada de él y miro por la ventanilla. 

No podía dejar de pensar en todo lo que me había pasado sólo por salir a pasear a Niebla y en lo que me estaba pasando aún.

Apenas habían pasado unos minutos hasta que me vuelve a dirigir la palabra.

+ No quiero ser así  contigo - dice con un tono más suave, pero no le contesto, ni siquiera lo miro - Duérmete un rato - dice para después suspirar -.

Miré a los asientos de atrás y allí estaba Niebla. Ella me devuelve la mirada, la veía tranquila, cosa que me daba más seguridad y consigo sonreír levemente.

Parece una tontería,  pero me la regaló mi abuela cuando era adolescente,  siempre me ha acompañado allá donde iba, me alegra saber que la tengo junto a mí ahora mismo. Estamos mejor juntas.

Sentía cada vez mis párpados más pesados, intentaba mantenerme despierta pero me costaba ya que la calefacción hacía que estuviera en una temperatura perfecta y el asiento de este coche era bastante cómodo. Finalmente me termino dando por vencida y me quedo dormida.

~~~

Desperté a causa de los tenues rayos de sol que entraban traspasando las finas cortinas blancas de la ventana hasta darme en mi cara. Estaba en una cama desconocida, tapada con unas sábanas blancas que olían bastante bien.

Me levanté y salí de esa pequeña habitación, al salir veo que esto no es una casa, al principió pensé que sería un hotel pero recordando que la habitación era algo pequeña estaría en un motel.

Me dispongo a dar un paso hacia unas escaleras que se veían al final del pasillo cuando una mano fuerte agarra mi brazo.

Me giro para ver quien me agarraba para encontrarme al mismo chico de anoche, Jesús.

+ Veo que ya estas despierta - dice neutral sin soltar mi brazo - mejor, porque nos queda un viaje algo argo.

- ¿A dónde me llevas? - cuando pronuncio estas palabras recuerdo a mi amiga peluda que no se había levantado junto a mí esta mañana - ¿Dónde esta Niebla?

+ Tranquila, Niebla está bien, sé lo importante que es para ti ese animal - dice evadiendo mi primera pregunta, lo que ya me empieza a molestar -.

- Trae a mi perra. Ella no está acostumbrada a estar lejos de mí - digo para después dar un estirón soltar mi brazo de su agarre -.

+ Te repito que tú a mí no me das ordenes,  ¿entiendes? - dice aparentemente molesto -.

Pues si esto le molestaba le quedaba bastante hasta que consiguiera que me dejase en paz.

- Ni tu a mí - le digo con enfado y falsa seguridad -.

+ Me estás enfadando.

- Ya veo, pero tranquilo no me vas a tener que aguantar más porque me voy. No eres nadie para retenerme.

Comienzo a andar hacia las escaleras a las que me dirigía principalmente.

+ ¿Te crees que te he traído aquí para dejarte ir? - me vuelve a agarrar del brazo y suelta una carcajada - No guapa, tú ahora eres mía y vamos a ir a mi casa - lo miro a los ojos que ahora sí que parecían enfadados, incluso diría que los he visto oscurecerse -.

Niego con la cabeza y me intento volver a soltar, él ejerce más fuerza en su agarre y yo empiezo a gritar para que alguien viniera a socorrerme. Estabamos en un motel joder, alguien me tenía que escuchar. 

La única respuesta que recibo ante mis gritos es de mi agresor, y es una bofetada en mi cara.

 








Hola, al final tengo la tablet, me cuesta más escribir con estoclaro, pero lo intento jaja.
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ENTRE DOS ALMAS [ GEMELIERS ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora