CAPÍTULO 1

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Estaba en mi piso, sola, como siempre. La soledad empezaba a ser rutina en mi día a día, pero sinceramente no me molestaba.

Esta noche además de ser rara, hacia frío, miraba atentamente la ventana, no había estrellas y no encontraba la luna, el cielo estaba nublado. Rara, en el sentido de que sentía que algo estaba por llegar, como un cambio en mi vida y la verdad, no me importaría. Nunca me gustó la rutina y desde que me independicé de mis padres estaba viviendo en una continua rutina.

Sonó el timbre que consiguió sacarme de mis pensamientos y darme un pequeño sobresalto. Por la noche no solía recibir visitas así que fui hacia la puerta con algo de intriga.

Abrí la puerta para encontrarme a mi madre, se me hizo extraño ya que ella vivía algo lejos y solía ser yo la que fuese a casa a verlos. Esto me hizo preocuparme un poco.

+ Hola, Andrea - dijo mi madre con lo que me pareció una falsa sonrisa -.

- Hola mamá - la mire frunciendo el ceño y me aparté para que entrase en casa -.

+ ¿Cómo estás hija? - dijo entrando a la casa y a la vez mirando por todo el salón, como si esperase que estuviera con alguien -.

- Bien, estaba aquí en mis cosas - me encojo de hombros despreocupada y cierro la puerta - ¿Todo bien?

+ Andrea - dijo mi madre evitando responder mi última pregunta -.

- Dime, mamá - la miro con confusión y preocupación -.

+ ¿Te acuerdas de tu amigo de la infancia?

Pienso por un momento y la miro sin saber muy bien qué decir.

- ¿Quién?

+ Si no recuerdo mal se llama Jesús, Jesús Oviedo.

Jesús. Sí que lo recordaba, pero hace tantos años que se me hacía extraño volver a pensar en él. Teníamos muy buena conexión cuando éramos niños, siempre nos entendimos bien.

- Creo que sí, lo recuerdo, ¿por qué me preguntas ahora por él? Hace ya años que no sé de él.

+ Cuando erais pequeños se mudó a Nueva York por el trabajo de su padre, hace poco me llamó Eva, su madre, dijo que volvían - hago una pequeña mueca -.

- ¿Y qué pasa por que vuelvan?

+ Soy muy amiga de ellos y hemos quedado para cenar el sábado por la noche, pensé que te gustaría venir.

- Bueno, no tengo planes. Me lo pensaré y te diré algo mañana.

+ Genial - dijo aunque se la veía algo nerviosa - pero si puedes venir me gustaría mucho.

- Bueno, bien, iré. ¿Tú estás bien? Te veo rara.

+ Claro, hija. No te preocupes. Estoy feliz de que vengas, ya verás, lo pasaremos bien.

Asiento levemente con la cabeza y la miro ir hacia la puerta.

+ Adiós - dijo dándome un beso en la frente y saliendo -.

- ¿Quieres que te pida un taxi? - salgo a la puerta detrás de ella - es tarde.

+ No, no, tú entra en casa. Te avisaré cuando llegue.

Tras volver a insistir y obtener la misma respuesta termino entrando en casa suspirando.

Mi madre no suele ser tan rara, noto que le pasaba algo. Supongo que serán nervios por ver a viejos amigos o habrá discutido con papá o algo.

Me volví a sentar en el sofá y se acercó mi perra, Niebla. Niebla era una labradora blanca como la nieve, con unos ojos castaños preciosos, ella era preciosa y también algo enorme.

Anda en círculos alrededor de mí con su cuerda de pasear en la boca y me sale una leve sonrisa. 

- Bien, amiga. Vamos a dar un paseo.

Le puse correctamente su collar y correa, ya que en casa no me gustaba dejarle el collar por un pequeño accidente que tuvo de pequeña, y salimos.






Nueva novelala otra novela trata sobre bullyng, la podéis encontrar en mi perfil, y esta tratará de vampiros aunque inspirada en gemeliers, pero te gusten o no, si te gustan los seres sobrenaturales te gustará mi historia.
Espero que os guste.

ENTRE DOS ALMAS [ GEMELIERS ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora