Háblame cuando me extrañes...

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Háblame cuando me extrañes... Eso fue lo último que te dije, seguido de un buenas noches. Tu respuesta fue la misma, un buenas noches.
Han pasado semanas desde aquella última conversación, de aquella ultima conexión que tuvimos juntos.
Había sido una semana difícil, muy movida para ambos. Por fin, después de seis largos meses, nos habíamos podido ver nuevamente, juntos. Extrañaba tanto tenerte cerca... y como no, si nuestras últimas conversaciones se habían limitado a unas pocas vídeo-llamadas durante el verano, y noches de desvelo hablando por chats. Eso había sido todo.
Tenía tantas ganas de verte, de hablar todo, y comprender todo. Yo ya me suponía varias respuestas. Obviamente, la que llegó, no fue la mejor, pero ya no había nada que hacer. A ti te seguía gustando tu antigua pareja, y yo solo te atraía... Lo entendía, y vaya que lo entendía muy bien.
Me fui en mis días depresivos, sin querer saber nada de nadie. No quise comer, ni salir, ni nada. Me limité a encerrarme en mi cuarto a observar las pocas imágenes que teníamos juntos, a repasar nuevamente esas conversaciones llenas de emociones que alguna vez habíamos tenido, a escuchar todas las canciones que me recordaban a ti. Fueron días grises, pero que me ayudaron a pensar.
Como siempre, no iba a saber nada durante el fin de semana acerca de ti. Tu estabas preocupada, porque te dije que me marchaba unos días... "¿No es muy tarde para que te preocupes por mi?" Me dije interiormente... pero, cierto es, que nunca había sido necesario que te preocupases por mi antes.
Estaba algo calmado, pensando que daba igual si no te escribía, ya que si lo hacía, igual lo terminarías leyendo el lunes.
Ese sábado por la noche, algo perturbó mi tranquilidad. Tenía un mensaje tuyo. Sentí todo mi ser a mil. Comenzamos a hablar, y comenzaba a sentirme algo mejor... después de todo, el causante de todos mis males, en parte, era tu ausencia...
Mi ánimo comenzaba a subir lentamente... me sentía alegre al saber que te habías podido conectar. Intenté ser un poco mas frío que de costumbre. Ya no tantas caritas ni cosas de ese estilo. Se me hacía tan difícil ser así, sobre todo con tu alegre ánimo...
"Ayer vino mi ex a verme... y nada..."
"¿Qué te dijo?"
"Que si podíamos volver"
"Y le dijiste que sí"
"Si"
Nuevamente todo se desmoronó para mi... pensé que todo iba a mejor... no lo entendía, realmente no lo entendía. Mi ser se destruía lentamente, y unas pocas lágrimas comenzaban a caer desde mis ojos...
"Tengo que irme... espero poder hablar contigo mas rato..."
"Bueno... te quiero :("
Sentí algo tan extraño en mi interior... la angustia y el vacío habían vuelto nuevamente a mi.
Al rato volví a hablar contigo. No quería dejar las cosas así. Terminó todo en un rollo de discusiones y mal entendidos.
"Sí, es tu culpa. Ahora, ¿Podemos cambiar de tema? Apenas puedo hablar contigo, y ahora que podemos, no quiero estar discutiendo"
"Y de qué quieres hablar?"
"De lo que sea"
"Ya que..."
Lo intenté... puse mi mejor cara, y te pregunté que tal el día. Como habías estado, y qué habías hecho... pero al final, fue en vano...
"Me siento rara hablando contigo... es incómodo..."
"Quieres que me vaya? Digo... que hablemos después..."
"No sé, dime tú..."
"Eres tú quién está incómoda, yo estoy bien... mejor sé sincera, así es mejor"
"Me siento culpable de todo lo que te pasa, no quiero seguir hablando..."
"Okay... háblame cuando me extrañes... buenas noches..."
"Buenas noches..."
Eso fue todo. Fue lo último que supe de ti. El primer día esperé como imbécil cualquier mensaje, cualquier cosa. Era obvio que no me ibas a escribir, o bien porque no tenías Internet, o porque no querías hablar. Me emborraché de pena, sintiéndome horrible por todo. Lloré como nunca, y te extrañe como nunca antes había extrañado a alguien... Sentía que me hacías tanta falta... Nunca fuimos pareja, pero dentro de todo, había sentido que lo que teníamos era especial... algo único, algo que jamás había tenido con nadie, y que estaba seguro de que no lo quería con nadie más.
Si bien había podido resistir un par de semanas en el verano cuando no podías contactarte conmigo, esto era diferente, y más difícil... si no me escribías, era una manera de decirme que "no me extrañabas", o "no me habías extrañado", y el hecho de que te olvidases de mi me aterraba, y me dolía en lo más profundo de mi ya débil alma.
Pasé unos días sin querer salir de casa. No quería saber nada de nadie. Me sentía tan dolido con tu ausencia...
No sabes las veces que tomé el teléfono decidido a escribirte un miserable "Hola, ¿qué tal?" Pero me resistí, y me negué a hacerlo, porque quien debía extrañar al otro, eras tú. Yo siempre te extrañaba, y algo de dignidad debía de quedarme...
Veía una y otra vez nuestra conversación. Notaba claramente en donde todo había cambiado...
"Esto va a peor yo creo..."
"A qué te refieres?"
Me sentía culpable... Miraba nuestras fotos una y otra vez. No eran más de 20... escuchaba siempre las mismas canciones... unas me hacían sonreír, y otras me llevaban nuevamente a este bucle de tristeza eterna...
Recordar tu sonrisa, tus ojos, tus labios... tan cerca, pero a la vez tan lejos...
No he sabido nada de ti en semanas. No sé si estás bien, si sigues aquí, si estás sola, si te acuerdas de mi, nada, absolutamente nada. Me faltaba tu presencia en mi vida, aunque a veces tu presencia solo significase ver un mensaje tuyo durante el día.
Las semanas fueron pasando, y de a poco, el dolor era menor. Tenía mis caídas, sí, pero de a poco logré dejarte de lado. Intenté olvidar todo. Pero era difícil... sin darme cuenta, te habías vuelto alguien importante en mi vida, y tu ausencia cada día se hacía más presente...
Lo último que hice, fue borrar la carpeta con nuestras fotos de mi celular. No fui capaz de borrarlas del computador... pero cierto era que siempre usaba más el móvil, y ver las imágenes me hacían mal...
No fui capaz de borrar nuestra conversación. Eran meses de historia, que no quería borrar. Después de todo, lo dicho y hecho ya estaba.
Creo, sinceramente, que nunca había sentido tantas cosas por una persona. Tu fuiste la primera que me enseñó lo que era querer a alguien, lo que era caer con alguien, lo que era soñar con alguien y lo que era perder a alguien... Me enseñaste a querer, y de paso, me enseñaste lo que era sufrir por alguien... por su ausencia...
Jamás había llorado tanto en mi vida, y eso que no habíamos nunca sido algo formal...
Ahora sentía que me encontraba mejor. No sabía nada de ti, cierto... pero ya no me angustiaba tanto. A pesar de que me doliese, te habías transformado en un vago recuerdo de lo que, en algún momento, había sido mi máxima felicidad. Ya no esperaba un mensaje tuyo. Me dolió mucho tiempo el asimilar que tú ya no me extrañabas, y que jamás volverías a escribirme otra vez. Podía yo haber comenzado una nueva conversación, pero no me lo permití.
De a poco tu recuerdo ya no me atormentaba. Al contrario, me reía de mi mismo. De a poco las canciones dejaban de hacerme recordarte. De a poco te transformaste en solo un vago recuerdo. Ya no me visitabas por las noches, y tampoco necesitaba revisar una y otra vez las conversaciones para sentir tu presencia. Comencé a hablar con mas personas, y conocer otras cosas. Aprendí a vivir sin tu amor. Me costó mucho... Olvidar duele, pero al final, es lo que mejor se puede hacer... te deja el alma en paz...
1
Por fin puedo decir, que yo ya no te extraño, y nunca lo volveré a hacer... porque tardaste demasiado, y yo ya no podía seguir esperándote... he comenzado una nueva vida sin tu recuerdo, sin tu presencia, sin ti.
2
No fue hasta entonces, cuando, un día por la tarde, mi celular vibró. Sólo una vez. Me había llegado un mensaje, y había sonado con aquel tono predeterminado que te tenía. Mi ser se congeló, y en un abrir y cerrar de ojos, volvieron a mi cabeza todos nuestros recuerdos, y con ellos, todos mis sentimientos. Sentí que algo se iluminaba en mi. Mi corazón latía con fuerza. Agarré el celular, y lo revisé. Efectivamente, eras tú...
"Hola... te extraño :("
Sí... nuevamente había caído enamorado... pero no podía negarlo, después de todo, ella era lo mejor y lo más hermoso que me había pasado en la vida... y yo la necesitaba...
3
Un día por la tarde, me llegó un mensaje. "Hola". Mi ser se paralizó. Mi corazón dejó de latir unos segundos. Una parte de mi quería escribirle todo lo que sentía y lo mucho que la había extrañado, pero no dije nada. Respondí con un hola, que sentí tan frío como mi alma durante las últimas semanas.
El resto de las conversaciones no fueron mayormente intensas. Se limitaban a unas pocas palabras... todas muy frías...
Habían semanas en las que ni nos hablábamos. Cada vez sabía menos de ella.
Las conversaciones nunca volvieron a ser como antes. No voy a mentir. Las primeras semanas me sentí miserable. Sentía que cargaba con toda la culpa de la situación... Pero de a poco volví a mi ser. Tomé la razón, y me auto-convencí de que las cosas pasaban por algo. De que la culpa había sido de ambos.
Con el tiempo, tu nombre no fue mas que eso, solo un nombre... Tu ausencia no me afectaba en absoluto, y por fin, yo ya era totalmente libre de tu recuerdo.

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