Capitulo 4

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Una chica caminaba cruzando un prado de flores blancas, dirigiéndose a la ciudad.

La susodicha estaba feliz, había encontrado un amigo, una persona con la cual contar, una persona por la cual estaría más alegre, más feliz, más viva.

*POV Marinette*

Estaba sonriendo, con un pequeño rubor en mis mejillas, quizás no conocía del todo a Adrien, pero en la poca platica que tuvimos me dio confianza.

Mientras caminaba recordaba su sonrisa, como las de un niño pequeño, esas que te invitan a sonreír también.

- Sonrisas de niños pequeños - murmure entre labios. 

Aquellas palabras me hicieron recordar cuando era más pequeña, ese día corriendo en el jardín de la mansión.

Corría y corría, veía a mi hermana sonreír alegremente, me invitaba a seguirla, para mostrarme algo "en verdad sorprendente"

- Ja - *reí por lo bajo*

Junto a esos hermosos recuerdos de alegría y de la libertad de mi niñez, vinieron también esos  "dichosos"recuerdos, aquellos por los cuales perdí alegría, por los cuales, en las noches, lloraba a mares.

La cara de desesperación de mi hermana, la angustia de mi familia, la enfermedad misma es un recuerdo que tendré presente de por vida. 

- No - me dije a mi misma, pare de caminar y sacudí la cabeza como si tratase de quitar esos malos recuerdos impregnados en mi mente.

Mientras estaba sumergida en mi pensar, sin darme cuenta ya había salido de a pequeña ciudad, estaba a poco menos de unas cuantas cuadras del pueblo.

De la nada, mi cuerpo reacciono extrañamente.

Me sentía cansada, como si hubiese corrido un maratón, mi cabeza me dolía y mi vista se ponía un tanto borrosa.

 *pensé* ¿Acaso sera por el sol? ¿Tanto tiempo al estar sin el me choco? ¿Sera que por sus rayos solares me duele la cabeza? ¿O es que acaso estoy muy débil como para poder soportar un día normal en el sol?

Una incomodidad más se sumó a las ya anteriores, mi cuerpo ardía, entonces, no podía ser solo el sol el causante de mi malestar.

Camine, si, es lo único que me quedaba, camine apresurada mente para llegar al hospital.

Ya faltaba poco , solo unas 5 cuadras me separaban de mi destino, pero parecía que el  destino no quería que llegue al hospital.

Otro dolor se sumo a los ya mencionados, el dolor del pecho, sentía como si mi corazón quisiera salir de mi cuerpo y romper mis costillas. 

Pero eso no fue lo peor, un malestar ya conocido por mi , la cabeza me daba vueltas, y eso solo significaba una cosa.
Quería desmayarme.

Me senté debajo de un árbol , en la sombra y espere a que me pase un rato.

Transcurrieron al rededor de 8 minutos y las incomodidades bajaron, ya podía volver a mi rumbo.

Camine lo más rápido posible, o bueno, lo más rápido posible que me permitía mi cuerpo.

Camine y camine sin descanso, por momentos paresia que me iba a caer y que no iba a despertar.
Después de un rato me paso el malestar y por fin llegué a la puerta del hospital.

Como pude agarre mi capa gris y me metí rápidamente.

Estaba caminando por los pasillos, buscando mi cuarto, y en eso encuentro un reloj el cual marcaba las 2:48 p.m. 

Solo necesito de ti [PAUSADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora