El día de la presentación, Haru desapareció temprano, pidiéndole a Tsuna que no le hablase hasta la hora de la reunión.
A Tsuna eso le dio mala espina. Conocía el estilo de vestimenta de Haru. Y no lo criticaba pero.... No pensaba que fuese adecuado para una reunión de ese calibre. Pero no sólo ella le prohibió ir a verla sino que encima, quien se hizo cargo de que eso pasase, fue ni más ni menos que Hibari en persona. Y todos estaban demasiado nerviosos para pensar el significado de que Hibari ayudase.
Cuando el morocho llegó a la casa de la castaña, una hora antes del evento, no podía negar.... Ni siquiera disimular, que se sentía un poco nervioso.
Tocó la puerta con suavidad. Se sorprendió un poco que un mini mosca con peluca le abriese la puerta, lo escanease y lo dejase pasar.
—Kyoya Hibari-sama ha llegado, Haru....
—Gracias, Roboko, ofrécele algo para beber. Yo ya salgo.El robot fue entonces a una pequeña mesa ratona, le señaló a Hibari un asiento, y desapareció por una puerta, reapareciendo con té para dos.
—¿Té?
Preguntó con su voz monótona. Hibari iba a aceptarlo, pero escuchó la puerta, y se giró a Haru. Ella, algo ruborizada y ajustando los últimos retoques en el pelo le sonrió.
—Quería que Hibari-san fuese el primero en verme..... Por eso me hizo tan feliz que quisiera llevarme.Lo dijo feliz, con una sonrisa sincera y emocionada.
Hibari la abrazó contra sí. Sin pensar nada, sin cálculos, sólo abrazarla. Porque quería. Porque cada parte de él lo deseaba así. Y porque le hizo inmensamente feliz sentir los brazos de ella lentamente rodearlo hasta corresponderle el abrazo.
Se quedaron así, abrazados por algunos minutos, hasta que se separaron. Ella estaba ligeramente roja en las mejillas. Él sonreía enamorado.
El mini-mosca les avisó que era hora, y ambos fueron al auto, y finalmente, fueron al lugar del evento.
Tsuna los esperaba fuera, con el resto de los guardianes y Kyoko. Al verlos llegar, les hicieron lugar y el décimo le abrió la puerta a Haru. La miró, casi boquiabierto.
—Haru.... Estás.... Hermosa....
Tsuna no podía creerlo. Haru tenía un vestido de cuello alto, ajustado hasta la cintura, y que luego bajaba suelto hasta las rodillas, de color blanco. Tenía en un costado un adorno de cordones atados cual corset, y al final de la pollera la tela tenía un delicado bordado de flores, de un blanco más perlado. El pelo con extenciones (tan reales que él pensó que le había crecido el pelo de un día a otro), lo había recogido en una media cola y luego le caía suelto en hermosos y ordenados bucles. Las mejillas ligeramente rojas, en parte por Hibari, en parte por el maquillaje.—Gracias, Tsuna-san—dijo ella feliz, dando una pequeña vuelta de modelo—Giannini-san y Spanner-san me lo compraron cuando se enteraron que Haru estaría de estrella de esta noche. Al parecer, les costó encontrarlo.... Y es perfecto.
Añadió alegremente.
Detras de Tsuna, Kyoko, vestida con el mismo traje que los guardianes, apretó los dientes. Aparte de buena e incansable, Haru era bonita. Tenía lindos gestos y lindo cuerpo. Miraba a su esposo preocupada. Y la expresión de Tsuna no la relajó en lo más mínimo.
Estaba que no podía darle crédito a sus ojos. Era la primera vez que veía a Haru así. No había podido creer que podía llegar a ser hermosa.
Le sonrió y le ofreció su mano. Haru le devolvió la sonrisa y tomó su mano, acercándose a su pecho feliz. Él le murmuró algo al oído a lo que ella asintió. Ryohei anunció entonces que entrarían. Y Tsuna repasó por millonésima y última vez las etiquetas de esa noche. Haru era su esposa. Y Kyoko la guardaespaldas de su esposa. No había podido evitar llevarla por dos motivos: sabía que Kyoko estaba celosa, y aparte no podía permitirse dejarla sola o bajo la guardia de alguien más.
Le hicieron la seña a Reborn y él los anunció.
Entraron los guardianes primero, con Hibari a la cabeza (porque quería entrar primeto para encontrar el lugar más vacío del salón). Se pusieron en un semicírculo, y luego se corrieron para dejar lugar pasar a su jefe, la esposa, la "esposa" y Reborn, que oficiaba de guardaespaldas de Tuna. Por supuesto que principalmente para molestarlo. Y corregirlo en cualquier desperperfecto del manejo del protocolo que su alumno mostrase.
Los invitados los recibieron con aplausos y luego se acercaron a estrecharle la mano al décimo.
Oficialmente, comenzó entonces la presentación de la esposa del décimo Vongola.
En seguida le vibraron a Reborn, Hibari, Mukuro y varios otros verdaderos guardaespaldas alarmas de intrusos en el perímetro. Reborn movió al CEDEF inmediatamente. Mukuro desapareció, y Hibari simuló ni enterarse.
Mientras, Nana abrazaba a Haru, diciéndole que estaba preciosa y la enorgullecía verla así. Le dijo lo mismo a Kyoko por lo bajo, y fue lo primero que calmó a la Sasagawa en la noche.
Colonello estaba en shock mientras se acercaba a felicitarlos. Y es que no podía creer que Tsuna se hubiese casado antes que él. Tras el rápido saludo (que no por rápido no tuvo golpes de por medio), se fue a perseguir a Lal, diciéndole que volviesen a retomar su boda de nuevo, recibiendo disparos como respuesta, haciendo reir a varios.
Tras los saludos, Nono, que no había podido estar en la boda porque quería vigilar que Xanxus no hiciese berrinches (por supuesto lo había dicho de otra forma ya que los berrinches de su hijo podían llegar a incluír daños estructurales graves) , pidió que repitiesen el vals de la boda. Todos hicieron lugar en el centro del salón y comenzó la música. Tsuna no sabía qué hacer. Había aceptado porque había pensado que, a esa altura, Olivia ya se habría mostrado. Tomó con fuerza la mano de Haru.
Ella, al notarlo, sonrió, lo tomó de las manos y lo llevó al centro de la pista, colocando una mano en su cintura y extendiendo el otro brazo, cuyos dedos entrelazó con los suyos.
—No podemos hacer esperar al nono.
Le dijo con ternura mientras comenzaba a bailar el vals. Tsuna dudó por un par de compases, pero entendió que no tenía sentido resistirse ya, y le siguió el juego. Debía recordar que ella era su verdadera esposa esposa después de todo....
La arrimó hacia él, y apoyó su cabeza en la de ella. Se llevó varias sorpresas agradables. Haru tenía un perfume que percibía por primera vez y le encantaba. Y también.... Era cómodo y tibio abrazarla. Ella le correspondió el abrazo y dejó que se apoyase en ella. Emitia de nuevo ese aura casi imperceptible que lograba calmar a Tsuna siempre.
Kyoko miró a Hibari y le señaló con la vista la pareja que cada vez se parecía más a una pareja de tecién casados, ante la vista de todo el público. Parecía querer decirle "te lo dije"; aunque literalmente no había llegado a decírselo.
Él ciertamente estaba apretando los puños y los dientes de verlos bailar así, furioso e irritado, al punto que no podía disimularlo y Bronco lo miraba cada tanto.
Pero en el auto, Haru le había hecho un voto de lealtad. Y él creía en ella. Luego mordería a Tsuna hasta la muerte si se atrevía a disfrutar de la situación, pero confiaba en los sentimientos de los que Haru le había hablado.
Él apenas sabía que quería,a Haru y confiaba en ella a ese punto.... No sabía si preocuparse porque la esposa de Tsuna no confiase en él; o si preocuparse porque Haru lo estaba volviendo crédulo y confiado.
De cualquier manera....
Aquellos diparos y el cuerpo que atravezó una ventana anunciaron a la otra estrella de la noche, así que por fin comenzaría la verdadera fiesta.
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Hervíbora..... kamikorosu
Fanfiction(Continuación de "Hahi.... ¿¡Un rival?!") Algunos meses pasaron tras el incidente en Egipto. La décima generación debe enfrentar ahora la causa de múltiples incidentes como éste: una asesina de Vongola que se "enamoró" de Tsuna descubriendo un lado...