CAPÍTULO I

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CAPITULO I

BEATRIZ Y WILIAN

Gritos, bulla, fanáticos apasionados Durante UN juego de pelota; de forma dispersa se escuchan los cantos ¡leo, Leo, Leo, Leo, Leo! Los cuales transmiten inspiración y fuerza a los jugadores. Arriba el caracas en el marcador, Aragua muy cerca del empate – el público de pie- Aragua con 3 hombres en base, 2 out, 2 bolas y 1 strike. Los fanáticos atormentados con la presión Del juego. Pero dentro Del gentío y el escándalo típico de nuestra era. Una joven de rojizos labios muy cercano al color de la fresa, piel blanca, cabello rizado, combinaba perfectamente el blanco de su camisa con sus femeninos pies y sandalias de igual color... el negro bordado del equipo caracas encajaba perfectamente con la tonalidad de su pantalón y cabello. Captando la atención de un joven, el cual no esta tan lejos de ella, quien rápidamente logra visualizar el encanto de su sonrisa, tenía ya tiempo sin ver una chica con semejante sonrisa. Una risa de excitación y emoción al ver a su equipo muy cerca de la victoria.

No muy lejos, el joven impresionado, de nombre William, le señalaba a su amigo quien lo acompañaba en el juego de pelota, los encantos y espectacular sonrisa de la chica, la cual estaba a una corta distancia de ellos.

¡Mira! (Dice William con una sonrisa) es espectacular ¿NO?

¿Espectacular? (Contesta el amigo, en tono sarcástico)

¡Esta buenísima! Y las amigas ni hablar. ¿Será que andan solas?

¡Parece! Porque solo las he visto a Ella y sus amigas.

El compañero de William no le daba tanta importancia, con todas las mujeres que había en el estadio, para que perder el sentido y la emoción del juego, Cosa que desde hace rato había hecho William, quien no le importaba si Aragua, el cual era su equipo favorito perdía o ganaba. Ya había olvidado toda razón del juego, su mente, solo buscaba la forma de cómo acércasela a la chica y conocerla.

Aragua, a UN batazo de perder o de empatar, la fanaticada completa se pone de pie, más de mil personas distribuidas en todas las gradas del estadio gritan en Coro: ¡un hit! ¡Un hit! William se fija, que la chica sube su mirada para sorprenderse con la excitación de los fanáticos ante la presión del juego, Mirando en diferentes direcciones hacia arriba de las gradas, logran cruzar su mirada con la de William... quizás unos siete segundos bastaron para verse fijamente a los ojos, este que no era tonto ni lento, sabía que eran los segundos perfectos para lograr captar aunque sea un poco de su atención.

Es por esto que le sonríe de la manera más simpática posible, la chica, que se le notaba esa personalidad de niña traviesa, inventora, traicionera e interesada, típico de muchas jóvenes del actual siglo XXI ; Cualquiera pensaría que lo ignoraría, o le sonreirá también en el mejor de los casos, o quizás lo trataría con mirada de desprecio... pero No. La respuesta por parte de la chica a la sonrisa de William, es digno de una conducta de picardía y travesura ¡le saca la lengua! Sonrisa, labios, cabello, figura, y ahora la lengua ¡Dios! Dice William dentro de si. Aunque la joven le saco la lengua y lo ignoro pendiente de su juego. Para William, fue la señal perfecta de auto confianza y buscar la manera de acercase.

Termina el juego; ellas y sus amigas dan brincos y saltos de fanáticas victoriosas. Entre la lucha y el caos para lograr salir del estadio... William va siguiéndola buscando un punto para al menos poder conocerla.

Si esta historia de William hubiese sido escrita hace más de 300 años y su nombre fuera Romeo; ¿Qué hubiera tenido que hacer Romeo para conocer a la chica? Quizás seguirla hasta saber donde vive para un día llegar con Rosas o Flores y presentarse a quien llamo su atención, - Pero No - ¿Para qué? En la presente época es tan fácil, rápido y sencillo conocer a alguien, que bastaría con conseguir su número de teléfono, correo electrónico, o cualquier otro que permita la comunicación lejana con otra persona. Es lo que planea William y es lo que hace. Ya a la salida del estadio las sigue, quienes se detienen a prender unos cigarros; "William respira hondo acercándose a ellas"

¡Hola disculpen! Es que durante el juego alcance a ver a su amiga quien no dejo de llamarme la atención y solo quiero presentarme; Mucho gusto... William (Y extiende su mano simpáticamente sin dejar de ver sus ojos)

La risa y la picardía de las amigas, aumentan los nervios de William, quien logra controlarlo tras la sonrisa encantadora de la chica, que le da la mano diciendo:

Mucho gusto ¡Beatriz! (Quien se impresiona tras el atrevimiento Del Chico)

(Sin soltar su mano mirando a sus ojos) William: se que no es momento Ni lugar para conocerte y hablar, tu andas con tus amigas y yo también. ¿Pero Te parece si me das tu número y Te escribo?

La chica suelta su mano y dice: No (Con tono y sonrisa astuta mientras bota el humo Del cigarro) Dame el tuyo y yo Te escribo.

AMORES EN TIEMPOS MODERNOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora