Dialogo

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—Conseguí que trabajaras de asistente en la empresa —insistía él—. Ganarás bien.

—¿Cuánto ganaré? —cuestionaba ella cansinamente.

—Sueldo mínimo, más el bono de alimentación y todos los beneficios...

—No —le cortaba ella de raíz—, voy a quedarme donde conseguí.

—¿Estás loca? —replicaba él indignado— ¿Por qué no quieres? ¿Acaso no quieres estar cerca de mí?

—¡Por Dios, Yeremi! —explotaba Elizabeth— ¿Cómo voy a preferir un trabajo en el que gano menos dinero y tengo un menor rango? ¡Estás loco!

—¿No será, más bien, que te gustó algún tipo allá? —arremetía Yeremi furioso— ¡Porque no puedo creer que esa ropa te la donara la empresa! —ironizaba, con ácido sarcasmo.

—¡Cree lo que quieras! —respondía Elizabeth.

—¿Ah sí? ¡Que me entere que tienes algo con un tipo!

—Por favor, ¡qué ridículo eres! —bufaba Elizabeth, exhausta de Yeremi— Yo sólo quiero dinero, me lo merezco.

AMORES EN TIEMPOS MODERNOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora